Los Oponentes le dieron la Clave

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Ottawa Citizen – 4 Sep 1939 por WM. E. McKENNEY

La innovación más espectacular en el torneo nacional de bridge-contrato en Asbury Park en 1939 fue la galería de los kibitzers que satisfizo la aprobación inmediata de los jugadores y de los kibitzers. Por primera vez los jugadores experimentaron la emoción de los aplausos después de una jugada brillante.

Los Kibitzers entran en su propio en los campeonatos del puente. Asbury Park, Nueva Jersey: Los Kibitzers por fin han llegado a su cuenta, ya que no sólo son bienvenidos en el Campeonato Nacional de Puente de Contrato que se celebra en Asbury Park, pero una galería especial ha sido construida para su comodidad y conveniencia. Jugando con las tarjetas jumbo para el beneficio de los kibitzers son, de izquierda a derecha, Charles Goren de Filadelfia; Oswald Jacoby de Nueva York; B. Jay Becker y John Crawford, ambos de Filadelfia. El árbitro que se encuentra a la derecha es Edward Hymes, Jr., de Nueva York.
Los Kibitzers en la galleria de Asbury Park, Nueva Jersey: Los Kibitzers por fin se han dado cuenta que no sólo son bienvenidos en el Campeonato Nacional de Bridge que se celebra en Asbury Park, sino que tienen una galería especialmente construida para su comodidad y conveniencia. Jugando con cartas jumbo para el beneficio de los kibitzers estan, de izquierda a derecha, Charles Goren de Filadelfia; Oswald Jacoby de Nueva York; B. Jay Becker y John Crawford, ambos de Filadelfia. El árbitro que se encuentra a la derecha es Edward Hymes, Jr., de Nueva York.

Las puestas en mano siempre le dieron una emoción especial a la galería. Aquí está una de ellas ejecutada por la señora Helen Sobel de Nueva York, que por segundo año consecutivo ganó el Campeonato Nacional de Parejas Damas con la Sra. R. C. Young de Filadelfia.

E / O Vulnerable, Sur Dador

Salida: K

Con Este y Oeste vulnerable. Mrs. Sobel naturalmente asumió que por las intervenciones de Oeste en la subasta, ella tenia dos palos quintos. Con esta cuenta en su mente, fue capaz de ejecutar la puesta en mano que le dio el contrato.

Después que los oponentes hubieran ganado dos rondas de diamantes, la Sra. Sobel (en Sur) falló el tercer diamante, luego destriunfó. Cobró dos tréboles altos, y la Sra. Sobel tenía razón en su suposición que Occidente ahora sólo tenía cartas rojas.

En este punto ella jugó un corazon, forzando a Oeste a ganar la baza. Con sólo corazones y diamantes a la izquierda, cualquiera de los palos que se jugara, le permitía a la Sra. Sobel fallar en una mano y descartar su perdedora de trebol de la otra.