Contando una Mano con Eli Culbertson

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Battle of the Century: Culbertson-Lenz match
Battle of the Century: Culbertson-Lenz match

Reading Eagle – Aug 6, 1934

Probablemente no hay fase del juego de la carta más importante tanto para el declarante como para la defensa que contar. Una cuenta precisa o incluso aproximada de una mano invariablemente le dará al declarante la clave sobre la línea correcta de juego, ya sea mediante la indicación de si jugar una finesse o por una caída, ya sea para tratar de establecer un palo o un fallo cruzado o qué camino tomar sobre una finura de dos vías. Un ejemplo interesante de cómo se obtiene primero un recuento y luego como se lo emplea se muestra en la parte de abajo:

cm 1

Norte, Dador. Ambos vulnerable.

La subasta es inmaterial. Suficiente es decir que el contrato de 4 fue alcanzado con Sur como el declarante.

Oeste salio con el 2 y Este hizo las dos primeras bazas con el A y K. Cuando, en la segunda vuelta de corazón, Oeste jugo el 5, el declarante supo que Oeste no había salido de un  singleton y por lo tanto debía tener 4 cartas en el palo.

En la baza tres, Este volvió el 4 —probablemente de la cuarta— y Sur jugo el 10, Oeste gano la baza con la Q. Oeste volvió una espada, que Sur gano con la Q de su mano. Sur jugo una espada chica al A y siguió con el K. Cuando Oeste siguió el palo las tres veces Sur supo que él originalmente tenia 7 cartas en los mayores mas al menos un diamante, el resto de las cartas aun no podía contarlas.

Continuo con un diamante chico del muerto y el Jack  de Sur ganó la baza, siguió el as de diamantes, donde Oeste descarto un corazón y Oriente siguió su ejemplo. Por supuesto, es fácil ver que si ambos jugadores tenían el palo de diamante dividido tres y tres, el cuarto diamante del muerto podía proporcionar un descarte de trébol, pero ese no fue el caso.

En cualquier caso el declarante tenía ahora mucha más información con la cual completar su recuento. Él sabía que el jugador en Oeste tenía originalmente tres espadas, cuatro corazones y sólo dos diamantes. Por consiguiente las otras cuatro cartas en la mano Oeste debían ser tréboles y Este debía tener sólo dos cartas en ese palo. Dado que es mucho más probable que la mano con cuatro cartas de un palo contenga una carta específica… la dama por ejemplo, Sur en consecuencia decidió que Oeste debía tener la Q.

Él puso el K de su propia mano y luego el 10. Oeste, por supuesto, para no ayudar al declarante no cubrió, pero Sur permitió que el 10 ganara la baza. Cuando se llevó a cabo el truco, Sur fue capaz de tenderse, cumpliendo así el contrato de cuatro espadas. Sin un recuento exacto, Sur tendría que haber adivinado hacia donde hacer la finesse de trébol. Con la cuenta, Sur, por supuesto, sabía que los porcentajes fuertemente favorecían, jugando a que Oeste tuviera la Q.