IBPA: Editorial del Boletin de Mayo 2012

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John Carruthers
International Bridge Press Association

Uno de los principales problemas con el Proceso de las Apelaciones es que no hay riesgo de perder se trate del lado ‘que ofende’ o del otro lado. Hace unos años la WBF instituyó un depósito de apelación de 50 dólares y las jurisdicciones de la EBL y otros, tienen un esquema similar. La ACBL en su lugar tiene sanciones para las apelaciones que se consideran sin fundamento. La idea es que si se interpone un recurso y se considera que la apelación carece de fundamento, el lado que se considero ofendido pierde su depósito o puede sufrir sanciones como verse restringido de jugar en el futuro. Mientras que el depósito puede ser significativo para los estudiantes y los jubilados, le causa risa a la mayoría de los jugadores de bridge, especialmente cuando hoy en día que existen patrocinadores con millones de dólares, algunos de los cuales gastan medio millón o más por año en sus equipos de bridge. Las posibles sanciones parecen más amenazantes.

Mucho mejor sería para el bando infractor que se le exija un depósito en términos de IMPs o matchpoints, la cantidad depende de la naturaleza de la apelación. Mientras que un evento de equipos o de pareja aún no esté en la última sesión, siempre existiría el peligro de una apelación. Para una apelación que se realiza cuando ya finalizo el período de sesiones, la suspensión podría ser una posibilidad, ya que algunos IMPs o MP de menos en ese momento podrian no ser relevantes para el resultado final.

Las dos principales áreas de apelación estos días son el resultado de (i) la desinformación (o información incompleta) sobre la subasta, lo que puede conllevar a un daño en la subasta, o en el juego o en la defensa, y (ii) la información no autorizada (IU) transmitida a través de una duda, que ocurre más a menudo en la subasta, pero que a veces ocurre en la defensa. En la mayoría casos ahora, el Director del Torneo lo soluciona con un fallo en contra de la pareja que desinformó o manifesto dudas, los que tienen la posibilidad de apelar si quieren probar que ese no fue el caso. No obstante, por lo general, la llamada «pareja ofensora» no tiene nada que perder al hacerlo. A veces pareciera que es como robar un banco, ser atrapado, y el ‘castigo’ es sólo tener que devolver el dinero robado.

¿Cómo funciona ahora? Tomemos un ejemplo sencillo: una pareja utiliza «Vacilación Blackwood «y llega a un Grand Slam después de que uno de los jugadores de la pareja con dudas cerro en 6. Los oponentes llaman al director y, previa consulta, las normas del Director son que la subasta se revierte a seis (todo se hace en el momento oportuno). Los delincuentes apelan cuando resulta que el grand slam se cumple – lo peor que les puede pasar a ellos es que la decisión del DT quede firme y su robo no sea castigado. Esa pareja ciertamente sería más renuente a apelar si pudiera perder el Grand Slam mas otros 6 IMPs en el Comite de Apelaciones. Al final de un match, donde el resultado de la apelación no fuera relevante para el resultado del match, tal vez una suspensión de los delincuentes podría ser algo a considerar.

Hay problemas con todo esto, por supuesto. En primer lugar, que las sanciones sería muy complicadas de instituir y de aplicar. ¿Podrían estar estandarizadas para que los comités no tuvieran que reinventar la rueda en cada ocasión? El segundo problema es que se coloca mas poder en las manos de los comités. Mucha gente ahora cree que la palabra del TD debe ser la definitiva, al igual que lo es en otros deportes. Ellos sienten que ir al Comité de Apelaciones, es un juego de asar en función de las actitudes y los prejuicios de los miembros del comité.