Engaños Obvios por Ely Culbertson

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The Milwaukee Sentinel – 21 Sep 1934

Hay muchas y diversas maneras en las que el declarante, que se enfrenta con un contrato irremediablemente perdido, puede provocar que sus oponentes le regalen una baza o dos de más, que no hubiera podido desarrollar por una jugada directa. Con el fin de engañar a sus adversarios él por lo general adopta una línea errónea de juego. El equipo defensor, pensando por supuesto que el declarante está jugando sus cartas de acuerdo con los métodos convencionales, reciben una impresión totalmente errónea de las cartas que debe tener en la mano, y esto puede tentarlos a hacer una jugada incorrecta.

Durante muchos años los jugadores de bridge, siendo declarantes de un contrato a sin triunfo, han tratado de ocultar su debilidad en un palo, en el que no tenían ni un solo stopper, jugando inmediatamente ese palo. Si, por ejemplo, el declarante tiene Jxx y el muerto 10xx, el declarante juega ese palo para convencer a sus oponentes que está tratando de establecerlo. Los opositores pueden como resultado tener miedo de jugar el palo por sí mismos, por temor a promover la causa del declarante.

El declarante también puede jugar un palo en el que tenga un solo stopper, renunciando a él y quedándose totalmente desprotegido. Desafortunadamente, este método (que no es más que un refinamiento del método de juego descrito en el párrafo anterior) es demasiado profundo, incluso para que algunos de los jugadores más inteligentes lo piensen.

Sur: dador, Nadie vulnerable.

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La subasta de Sur fue algo optimista; el contrato por nueve bazas, después que su compañero había sido incapaz de apoyarlo en la primera ronda, era muy peligroso. Afortunadamente para la literatura del bridge, sin embargo, esto le dio la oportunidad de hacer una jugada psicológica extraordinaria.

Oeste salió con el rey de espada y Sur tomó con el as de inmediato, aflojar le hubiera costado una baza, si Oeste continuaba con una espada chica, ahora era obvio que no había prácticamente ninguna posibilidad de hacer el contrato, ya que se debían hacerse dos finesses, una en diamante y una en corazon. Esto requería de tres entradas al muerto, mientras que sólo había dos disponibles.

Oeste seguramente tenía dos bazas de espada, y una salida de trebol establecía al menos tres bazas de trebol para los adversarios, además del diamante que Sur debía estar preparado para darles. Sin embargo, había un atisbo de esperanza, si los adversarios podían ser persuadidos a jugar un corazón, o a establecer una baza de espada en el muerto después de ganar su primera baza de diamante, entonces el contrato se cumplía.

Jugar hacia el rey de corazones sería seguramente una forma de disuadirlos a jugar ese palo, así que Sur de inmediato y con un gran aire de seguridad jugó el 5 de trebol, tomó la baza con el as de trebol del muerto y salió jugando un diamante. Este jugó bajo y la finesse con el valet perdió con el rey de Oeste.

Oeste no podía jugar espadas, ya que ello afirmaba el diez del muerto y él tenía miedo de jugar trebol porque ni se le ocurrió que Sur con tanta audacia podría haber renunciado a su único stopper. Así que Oeste cambió a un corazon hacia el AJ de Sur, y las nueve bazas se desarrollaron de forma automática.

Sur ganó con la jota de corazones, fue al rey del muerto e hizo otra finesse de diamante, luego corrió su palo de diamante y su as de corazones. Una salida de trebol de Oeste hubiera derrotado el contrato por dos bazas. Este podría haber ayudado a su pareja jugando el 6 de trebol cuando Norte tomó con el as, pero él no quiso revelarle a Sur (ya que pensó por supuesto que tenia el rey y el diez) que tenía el Q J. De todos modos, el 6 de trebol podría no significar mucho a Oeste, ya que el cinco, el tres y el dos estaban a la vista y era muy posible que Sur tuviera el cuatro, en cuyo caso el seis de Este sería su carta mas baja y no hubiera transmitido ninguna señal.