Reading Eagle – 18 May 1931
Cuanto más juegue al bridge, más va a encontrar, después de alcanzar un cierto dominio del juego, que la habilidad real es la capacidad de pensar bien y rápidamente. Hay ciertas manos, en las que obtendrán los mismos resultados, tanto en la subasta como en el juego, los expertos, así como el jugador común; pero hay más manos que reaccionarán de manera muy diferente cuando sean manipuladas por un jugador que ha analizado las posibilidades. Les voy a dar un buen ejemplo. Hace algún tiempo, se jugo un match en el que participaban Walter F. Wyman y la Srta. Rosamond Fahey como partners. Ambos jugadores bien conocidos, ademas que la señorita Fahey también se distingue como una de las mejores golfistas mujer.
Esta es la mano:
Miss Fahey era la dadora. Ambos vulnerable.
Miss Fahey se sintió tentada de decir 4, pero sospechaba que los 3 de su partner eran solo de reapertura y que era muy peligroso seguir hablando. Ahora, en el examen de esta mano, se ve que todo lo que Norte y Sur pueden hacer son cuatro bazas: dos corazones y dos espadas. Sin embargo, por una muy inteligente forma de pensar de parte de Wyman, Norte y Sur lograron hacer cinco bazas, derrotando a sus oponentes.
Asi fue cómo se jugo: Wyman salió con el A y cambio a un pequeño , el cual su compañera ganó. La señorita Fahey volvió una espada. Oeste, así como los otros dos jugadores en la mesa, pensaron que Norte estaba corto a espadas y que fallaría, por lo que Oeste jugó bajo y Wyman ganó con la Q, después de las exclamaciones de asombro, jugó otro corazón. La señorita Fahey ganó y jugó otra espada, que ahora si, Wyman fallo.
Todo el carteo se había basado en la suposición, que si Wyman había salido del as de espadas en contra del palo nombrado por sus oponentes, naturalmente, debía ser de un singleton y por lo tanto Oeste iba a jugar una carta pequeña en la siguiente ronda de espadas.
Era una suposición perfectamente lógica y el plan funcionó. Por supuesto, si Oeste hubiera jugado el Rey en la segunda ronda de espadas, Norte y Sur sólo hubieran hecho dos bazas, pero valió la pena el riesgo de la pérdida de una baza que corrio Wyman, para tratar de derrotar el contrato.