Source: Master Play in Contract Bridge By Terence Reese
«No había forma que me diera cuenta.» ¿Con qué frecuencia es cierto?
Al principio de la mano, no muy a menudo; hacia el final, nunca.
Como podía Saberlo? I por Terence Reese
Los jugadores cometen errores porque no empiezan a pensar en la dirección correcta. Un ejemplo universal, se produce cuando el defensor de la derecha, Este, no juega hacia la debilidad obvia del muerto. La inferencia inmediata debe ser que tiene una carta alta del palo, el as o el rey, y puede soportar una salida de ese palo de su pareja.
La siguiente mano es más difícil. La idea es insustancial y sólo es válida con un compañero de primera clase.
En la mayoría de las mesas de un Torneo de Parejas Sur juega 4 después que Norte abrió la subasta de 1 y Este sobre declara 1. La defensa usualmente comenzó con una espada al 10, siguió con el K seguido del A.
Sur fallo alto, cruzo al K, y descarto su trebol en la Q cumpliendo su contrato. No hubiera sido mejor para Este jugar una espada chica en la baza 3, porque entonces Sur hubiera descartado su trebol perdedor. En una de las mesas, un experto en Este se dio cuenta de que podría ser necesario primero cobrar un trebol antes de jugar la tercera espala. Ganó la primera baza con el 10 y jugo bien volviendo un trebol al as de su compañero.
Si ahora Oeste volvía una espada, una tercera espada hubiera establecido una baza de triunfo para la defensa. Oeste tenía otras ideas, sin embargo. Después de ganar con su A, regreso un trebol para que su pareja fallara. Esto le dio una baza al declarante. La explicación de Oeste sonó bastante plausible.
«Cuando ganaste la salida con el 10 y cambiaste a trebol, naturalmente pensé que tenías un singleton. Parecía tan obvio que continuaras con espadas.»
¿Puede ver alguna debilidad en su argumento? Es una buena prueba. La respuesta es que si Este hubiera tenido un singleton de trebol, y hubiera querido una vuelta de trebol, su juego en la primera baza hubiera sido ganar con el A, no el 10. El juego del as hubiera sugerido que no había futuro en la continuación de la jugada de espadas.