Mayo 21, 1973 por Charles Goren para SI Vault
Alphonse Moyse Jr. de Nueva York recientemente se convirtió en la cuarta persona y el primer estadounidense en ser nombrado miembro de honor de la International Bridge Press Association. Sonny Moyse es el decano de los escritores americanos de bridge, es el miembro principal de un pequeño ejército de fantasmas cuyas columnas llevaban el nombre de Ely Culbertson. Durante más de 20 años (1934-1956), Moyse produjo 14 columnas de bridge a la semana en periódicos centrales, él las escribía y las firmaba Josephine Culbertson, además de las firmadas por Ely. Durante este tiempo algunas contribuciones magistrales a la teoría del juego aparecieron bajo su propia firma.
Incluso hoy en día solo hay que escuchar a Moyse discutir, o releer una parte de sus escritos, para descubrir que él se toma el bridge muy en serio. De hecho a Moyse tanto le gustan las buenas discusiones que aun hoy se puede oír el estruendo de su voz profunda en debates de bridge, siempre y cuando él no se vea obligado a defender las maniobras complejas de los jugadores a los que despectivamente se refiere como «los científicos».
Sonny es un pope de la tradición cuando se trata de métodos de subasta. De hecho, su fama más perdurable puede descansar en su defensa inquebrantable a la apertura de mayores cuartos. Para defender su posición, Moyse cita con frecuencia casos en los que un palo de triunfo que esta 4-3 cumple un contrato donde todo lo demás hubiera fracasado, es por esto que este tipo de contratos se han hecho conocidos mundialmente como «el Moysian fit».
Los artículos más populares de Moyse, que aparecían de vez en cuando en la revista The Bridge World, de la que fue editor por un tiempo y editor en jefe hasta que se retiró en 1966, fueron una serie de historias sobre las hazañas de bridge de su esposa Jackie. Nadie, y mucho menos, Jackie, nunca dijo que compartía su habilidad para el bridge. He aquí un ejemplo de sus historias.
Moyse estaba jugando en un juego de con apuestas altas en el club cuando su pareja, un cirujano, recibió una llamada telefónica llamándolo a una operación de emergencia. Como Sonny recuerda, el anuncio de la llamada le genero un escalofrío premonitorio. ¿Por qué? Debido a que Jackie, que era la única kibitzer de la mesa desde el principio del juego, era tambien la única jugadora disponible para ocupar el lugar vacío Efectivamente, el doctor con total naturalidad propuso que Jackie tomara su lugar, y luego tuvo la osadía de decirle a sus oponentes: «Eso es, si todo está bien con ustedes dos. «
Moyse se encontraba en una difícil situación, y es difícil de ver cómo hubiera podido salir de ella. Así las cosas, Sonny racionalizó. «Es apenas posible que en algunos relatos anteriores haya podido exagerar sobre las proezas de mi adorada esposa en el bridge», escribió más tarde. «Si, en el pasado, me entusiasmaron algunas declaraciones o carteos suyos, es también concebible que los haya embellecido.»
Así que su esposa termino jugando, y sobrevinieron una serie de resultados sorprendentes. Así es como describe Moyse la parte culminante del juego, en el que Jackie era el declarante.
«En la subasta en una de las manos-en particular-Jackie demostró porque no se la conocía como una jugadora convencional. Para facilitar las cosas para mis lectores voy a decir inmediatamente lo que se me reveló sólo al final-que a Jackie de algún modo u otro se le mezclaron sus cartas negras, y lo que ella creyó que era el as y el rey de espadas resultó ser el as y el rey de tréboles!
«Tendí mi mano, y después de una mirada, Jackie saltó seis pulgadas hacia arriba! ¿Qué hacia el as de espadas en la mesa cuando era ella la que lo tenía? Para mi horror, vi su asombro ante la consternación y luego vi como escogía dos cartas de su mano y las transfería a toda prisa hacia el otro extremo de la mano.
«Pero ahora que Jackie había encontrado la explicación a lo que parecía un asunto misterioso, recuperó su aplomo, y pronto mis ojos vieron la mejor actuación de su carrera. Tomó el rey de corazón con el as y, como tal vez le encanta fallar, fallo un corazón. Ella también ama las finesses, por lo que rápidamente hizo la finesse al rey de espada, cuando mi 10 fue baza estaba tan contenta que no le dio importancia a que Este no tuviera una sola carta de ese palo y que hubiera tenido que descartar, solo era otro «detalle». Fallo un segundo corazón y volvió hacer la finesse al valet de espadas…
Recién después de cumplir la mano, Jackie explicó que se había confundido el as y el rey de trébol con el as y el rey de espadas, y se disculpó por su voz de apertura. «La próxima vez, voy a traer mis gafas», dijo ella, «y entonces voy a jugar mucho mejor».
Eso puso fin al rubber y a la historia. No hay duda de que le he hecho hace justicia al sabor Moysian citando sólo una parte de una de sus muchas historias de Jackie. Pero tal vez algún día, pronto, todas serán compiladas en un libro. Por mi parte, voy a querer una copia. Autografiado por Jackie, por supuesto.