Leyendo las Cartas por Jay Becker

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Gadsden Times – May 19, 1965

Leer las cartas o sea ubicar las cartas de la defensa es la facultad más importante y necesaria para ser un declarante competente. La capacidad de interpretar la subasta y las jugadas de los oponentes para saber cómo están distribuidas sus cartas, es un elemento esencial del que ningún buen jugador de cartas puede prescindir. Después de todo, una vez que se conoce la ubicación de las 26 cartas de los defensores no es realmente difícil lograr el mejor resultado posible.

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Salida: diamond suitQ

Veamos esta mano.  Sur llega al contrato de 4heart suit, con la subasta de arriba y Oeste sale de la dama de diamante. El declarante gana con el diamond suitA y juega el heart suitK. Este gana con el heart suitA, y vuelve un diamante al diamond suitK. Ahora Sur debe ser cuidadoso o se va a ir una abajo.

La mejor jugada del declarante, sin haber viso las cartas de la defensa, es entrar al muerto con una espada, y jugar un corazon, y hacer la finesse con el heart suit9!

Si hace eso, él va a cumplir el contrato. Si no hace eso se va a ir abajo.

Estoy dispuesto a conceder que esta finesse pareciera estar basada en una mirada a la mano de Este. Normalmente sería apropiado jugar heart suitQ y heart suitJ, en el supuesto razonable, de que los corazones están divididos 3-2. Sin embargo en este caso, todo indica que los triunfos están 4-1. Por esta razón es que la finesse se vuelve la jugada indicada.

Vamos a ver por qué esto es así. Oeste pasó inicialmente, pero luego entró en la subasta con un doblo a corazón. En la baza dos, Este apareció con el as de corazones, dejando afuera a lo sumo 11 puntos en cartas altas, que Oeste debería tener por su doblo vulnerable.

Oeste para doblar en vulnerable con sólo 11 puntos en cartas altas, debería tener, ya sea un fallo o un singleton de corazón. Una mano en la que Oeste tuviera heart suit 10 x, podría justificar el doblo pero sería extremadamente raro, por no decir imposible. Sobre esta base, el declarante tiene todo el derecho a asumir que es necesario una finesse de corazón.