Grandes, Tramposos ricos! El Bridge Mundial Tiembla por 9/23/15
En las miles de horas en las que Boye Brogeland ha pasado jugando al bridge, nunca antes había ofrecido una declaración audaz, ni siquiera una declaración artificial de dos tréboles. Sentado en su casa en la pintoresca localidad portuaria de Flekkefjord, Noruega, a finales de agosto, él miró su pantalla del ordenador, y leyo las palabras que había escrito y que estaba a punto de publicar on-line: «. Si usted tiene una pareja tramposa en su equipo …»
Pero antes de hacerlo, alertó a las autoridades. Su acusación, lo sabía, iba a repercutir de Norte a Sur, y de Este a Oeste a través de las coordenadas globales de las altas esferas del contract bridge. Podía terminar con las carreras de los campeones de Europa, Lotán Fisher y Ron Schwartz, el ultimo conocido como «el chico maravilla del bridge de Israel»; también era probable que significara el fin de sus ingresos de seis cifras anuales y de sus estilos de vida tipo jet set: de Bali-a-Biarritz.
Brogeland también sabía que los hombres cuyos medios de vida estaba a punto de hacer desaparecer, tenían amigos poderosos y extremadamente ricos. «Llamé a la policía de Noruega,» cuenta Brogeland, un jugador de bridge profesional que ocupa el puesto 64 de la Federación Mundial de Bridge (WBF). «Me dijeron:» Cuando uno sopla el silbato, no se queda viviendo en su domicilio. ‘»
El Sheriff y el Anonimo Astronomo
En Septiembre 26, comienza en Chennai, India, la Bermuda Bowl, un evento bi-anual, que es el torneo más prestigioso del bridge. De los 22 países que clasificaron para jugar en el campeonato (de 15 días), tres han abandonado en el último mes: Israel, que cuenta con el tándem formado por Fisher y Schwartz, los actuales campeones de Europa; Mónaco, cuyo dúo Fulvio Fantoni y Claudio Nunes son los jugadores No. 1 y No. 2 del mundo, respectivamente; y más recientemente, Alemania.
Las ausencias de Fisher-Schwartz y de Fantoni-Nunes en la Bermuda Bowl se deben directamente a los esfuerzos de investigación puntillosos de Brogeland. De hecho, los cuatro hombres se enfrentan a prohibiciones de por vida para participar en el bridge competitivo. Sólo puede ser el jugador numero 64 del ranking mundial pero no hay un oponente más formidable en el bridge que Brogeland (Alemania retiró a su pareja top, que a raíz de las investigaciones confesaron su engaño de forma preventiva).
«Boye es el sheriff que entró en la ciudad», se maravilla Bob Hamman, un tejano que ha ganado 10 Bermudas Bowls y que es al bridge lo que Doyle Brunson es al Texas Hold ‘Em. «Él es el juez Roy Bean. Él es el hombre del año. »
Imagínense si quieren, los aficionados de la NFL, un cruzado que estudia a los equipos más exitosos de su deporte elegido y que indiscutiblemente tiene los hechos de su lado. Que condujo su investigación sin gastar millones de dólares en investigadores privados, sino más bien a través de los vídeos de YouTube solo obteniendo la ayuda de voluntarios de lugares tan lejanos como Australia, y de leyendas del juego (como Hamman) hasta un astrónomo anónimo de Holanda.
Ahora imaginese que nada de esto se llevó a cabo para beneficio personal o para obtener una imagen de salvavidas, de hecho, fue iniciado cubriendo los gastos tanto profesionales como fiscales y que el provocador, Brogeland, exigió que le borraran todos los Master Points que había «ganado» (sus propias palabras) como compañero de equipo de Fisher y Schwartz. Y que continuó erguido después que uno de los hombres que acusó, Fisher, publicara estas palabras en Facebook: «Los celos te enfermaron. Prepárate para una reunión con el diablo «.
«Mi única motivación es tratar de limpiar el juego y hacer lo correcto», dice Brogeland, cuyos abuelos le enseñaron a jugar al bridge cuando tenía 8 años de edad. «No te preocupes por las consecuencias. Esto es lo que mi madre haría. Esto es lo que mi padre haría. Espero que esto sea lo que mis hijos hagan «.
«Boye ha convertido la limpieza del juego en una campaña personal», dice Jeff Meckstroth, un estadounidense que ocupa el puesto numero 8 del mundo en la WBF y ha ganado la Bermuda Bowl en cinco ocasiones.
Esta es la historia de un Bridgegate que es totalmente diferente a la que implica a un cierto gobernador de Nueva Jersey y la ciudad de Fort Lee (es decir, a excepción por los rasgos comunes de artimañas, de denuncia de irregularidades y de amenazas personales). Esta es la historia, como Brogeland dice, «Una rebelión organizada por los propios jugadores de bridge, a través de Internet, para cuidar el juego.»
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