Historias que no vale la pena repetir por Alfred Sheinwold

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St. Petersburg Times – 17 May 1971

Uno de nuestros primeros novelistas estadounidenses lo hizo bastante bien con un esfuerzo llamado «Historias contadas dos veces» pero hay razones para dudar de que alguna vez el escritor haya sido un gran jugador de bridge. Se habría quedado sin compañeros si hubiera tratado de contar la misma historia dos veces en la mesa de bridge. En cualquier caso, esa fue la experiencia de la mano de Sur…

Este dador, Este-Oeste vulnerables

Salida: K

Sur contó toda su historia cuando dio un salto a dos diamantes en su primer turno de subasta. En el momento de su segundo turno, estaba claro que la mano le «pertenecía» a los oponentes y que Norte podía tener muy poca ayuda.

En una situación de este tipo, es pura locura que un jugador cuente su historia por segunda vez. Los oponentes pueden decidir que no tienen game y que, por lo tanto, un doblo penal les dará un mayor retorno. Si Sur hubiera pasado a tres corazones, Oeste hubiera dicho 4 y Este hubiera pasado. Este podría haber hecho 10 u 11 bazas, en función de la defensa, y no se hubiera producido un gran daño ni para uno y ni para otro lado. Como muestra el diagrama, Sur no se limitó a contar su cuentito y luego desaparecer, pero su segundo discurso lo hizo aterrizar en sopa.

Heavy Price

Sur pagó un alto precio por su libertad de expresión. Oeste salió con el K y cambió a un triunfo al ver el  singleton de espadas del muerto. Sur ganó y devolvió el 10, pero Oeste puso el J con el fin de jugar otro triunfo. Dejando al muerto sin posibilidades de fallar algo.

Sur ganó y jugó otra espada, y de vuelta vino un trebol que obligó a Sur a fallar. Cuando Sur jugó una tercera espada, los defensores volvieron un tercer trebol, lo que redujo al declarante a la longitud de triunfo de Oeste. Como Sur pudo ganar sólo sus seis bazas de triunfo contra esta buena defensa, los defensores anotaron 700 puntos. Esto fue muchas veces el valor de su posible parcial.