¿Alguna vez ha tenido un sueño vívido que, en el momento, parece tener sentido eminente e incluso brillante, pero que a la mañana siguiente resulta haber sido más cenizas que fuego?
Siempre me ha gustado la historia del jugador de bridge que soñó durante la noche una mano de bridge. Era la mano de bridge mas absolutamente sensacional, jamas vista. Luchando despierto, agarró un lápiz que siempre mantenia en su mesa de luz y garabateo una notas con furia, como para poder recordarlo todo al despertar.
Entonces; satisfecho de haber capturado la esencia de esta obra maestra en el papel, se deslizó de nuevo en un sueño profundo y dichoso.
Al despertar a la mañana siguiente, recordó la experiencia y de un salto alcanzó con todo el entusiasmo su bloc de notas.
En ella había garabateado sólo tres palabras: «Escribe el carteo.»
Adaptación de una de las bromas favoritas de Danny Kaye.