Fuente: Spring NABC Bulletins
Las supersticiones sobre el Viernes 13 son tan frecuentes que hasta hay un nombre para dicha ansiedad: Paraskevidekatriaphobia.
Para todas sus habilidades de lógica y razonamiento por encima de la media, los jugadores de bridge son sorprendentemente supersticiosos. Tomemos, por ejemplo, al legendario Grant Baze. La Reportera Nina Schuyler entrevistó a Grant por su Revista de Ex-Alumnos de Stanford. «Yo no era supersticioso hasta que me involucré en el bridge competitivo. Al principio fue una roca que me traía suerte y que llevaba siempre que jugaba en el bolsillo». Cuando The Mamas and The Papas aparecieron con «California Dreaming» a mediados de los años 1960, esta se convirtió en la canción de la suerte de Grant – se la cantaba a sí mismo mientras se dirigía a los clubes y a los torneos. Una vez, él ya tenía su mano en el picaporte de la puerta del club cuando se dio cuenta que se había olvidado de cantarla, así que dio marcha atrás y comenzó su camino desde el principio de nuevo.
En la víspera de un torneo, Grant cantaba, «ganar mañana, ganar mañana» antes de irse a dormir. Él también tenía una pluma de la suerte, a la que mantuvo con él durante 15 años. «Usé esa pluma en el primer día de un torneo y gané», dijo Grant. Así que si él se la olvidaba, dejaba la mesa de bridge hasta buscarla antes de jugar.
Escribir es Poder
Grant no es el único que cree que las plumas y los lápices poseen una magia especial. «Nunca he utilizado un bolígrafo rojo», insiste Norberto Bocchi (en italiano).
Una de las jugadoras que dice que ella no es por lo general supersticiosa es, Karen Walker: «No tengo nada especial con las plumas que utilizo para escribir los resultados en mi tarjeta privada. Yo llevo varias, pero después de una buena sesión me aseguro de usar la misma pluma en la próxima sesión». Si tengo unas cuantas tablillas malas seguidas, puedo cambiar las plumas en un intento de romper la racha de «mala suerte».
«Lynn Deas dice que en un evento largo, como un KO, se apega a una pluma específica» y debe utilizar la misma pluma todos los días.
Numeros y Direcciones
Un número de jugadores mencionaron «preferencias» (no supersticiones, que conste). Daniel Korbel dice que él solía sentarse Este hasta que tuvo un sponsor que insistió en sentarse en Este. «Nos fue muy bien en algunos eventos y me acostumbré a sentarme en Oeste. Entonces ocurrio que nos sentamos accidentalmente en la dirección equivocada – él se sentó en Oeste y yo en Este – y tuvimos una pesima sesion».
Michael Rosenberg siempre trata de sentarse en Este y Norte, «no se debe a ninguna superstición, sino porque si veo el listado de las manos algunos meses más tarde, tengo una mejor oportunidad de recordar los resultados.» A Larry Sealy no le gusta sentarse en Oeste. «La última vez que me senté en Oeste fue en el 2001, creo.» A él no le gusta mezclar un mazo cuando la vulnerabilidad es no favorable para su lado. «Esto viene de mis primeros días cuando era mas aventurero en mis preventivas.»
Jill Meyers evita la sección A. «Almorzar con mi amiga no del bridge Paula, antes de un torneo, también me trae suerte».
«No es exactamente una superstición», dice Bart Bramley, pero tengo una fuerte preferencia direccional para sentarme en Este, porque me senté en Este en la primera sesión del primer duplicado que jugué (1965) y me gustó. Pero puedo sentarme en Oeste si tengo que hacerlo «.
Otra de las «No es una superstición» de Bart es SDAM. » SDAM significa ‘seis diamantes siempre se cumplen’. Está en mi tarjeta de convenciones. He estado jugandola desde la universidad a fines de los años 60 ‘. «Todo un grupo de amigos de Bart, universitarios del MIT, eran creyentes del SDAM. «Puedo dar muchos ejemplos del poder del SDAM.»
A Peg Kaplan le gusta el 13. «Por extraño que parezca, el número 13 me trae buena suerte! Gané mi primer evento regional comenzando en la mesa 13, y, a menudo consigo buenos resultados en esa tablilla, también. »
Joel Wooldridge comenta que anotar 800 le trae suerte. “Que trato de evitar? Pagar 800.”
La Ropa Importa
Larry Cohen recuerda un NABC de primavera en donde a él y a David Berkowitz no les estaba yendo bien en un evento de parejas. Matthew Granovetter invitó a Larry al Kidush del viernes a la noche… una invitación que Larry declinó. «Pero le dije que si David y yo ganábamos, ibamos a ir el siguiente fin de semana.»
Finalmente ellos ganaron el evento de parejas. «El fin de semana siguiente, habíamos llegado a las semifinales de la Vanderbilt. Matthew me invitó de nuevo al Kidush. Me negué de nuevo, pero esta vez le hice una promesa. Le dije: ‘Matthew, si ganamos nuestro match de semifinales (estábamos perdiendo), te prometo que voy a usar tu sombrero religioso durante todo el primer set de la final. »
Cohen cuenta que ganó el partido de semifinales y, como había prometido, se presentó al día siguiente con el sombrero. «El capitán del equipo me vio y le dio un ataque! ‘Ese sombrero es de mala suerte y me lo quitó.
«Me quité el sombrero y perdimos el match».
Matt Granovetter alberga su propia superstición: «Si usted no puede encontrar la voz que desea hacer en el bidding box, diga otra cosa.»