Sarasota Herald-Tribune – 24 Mar 1952
La jugada de seguridad suele ser una manera de perder una baza que a nadie más se le ocurriría regalar. Los opositores generalmente lo miran a uno con lástima y le explican cómo cualquier jugador en su sano juicio habría hecho una baza más de las que usted hizo.
Es mucho más satisfactorio cuando la jugada de seguridad resulta ser necesaria. Entonces los opositores lo miran fijo, pero no se molestan en darle clases en el juego de las cartas. La mano de hoy, jugada por Generoso George dejo a los opositores murmurando palabras poco amables durante varios minutos.
Oeste salio con el rey de diamante y George gano con el as. Mientras usted piensa en el método en el que George debería jugar la mano, échele un vistazo a su manera de subastarla. Algunos jugadores se hubieran hecho los científicos con la mano de Sur, comenzando con algo así como un cue-bid de dos diamante o de dos espadas, esto no mejoraría el contrato definitivo de Sur, pero le daría a los oponentes una oportunidad de encontrar un hermoso sacrificio de siete tréboles (solo dos abajo). George prefirió hacer todas sus ofertas de una sola vez, para hacerle difícil la vida al enemigo.
Después de ganar la primera baza con el as de diamante, Generoso George cobró el as de espadas y jugo una espada chica. Mientras lo hacia, George se aclaró la garganta para hacer su pequeño discurso habitual pero Oeste lo miró con tanta fuerza que George decidió guardar silencio. No había nada que los defensores pudieran hacer para derrotar el contrato. Nada podía detener a George de fallar su otra espada perdedora con el nueve de triunfo del muerto, después de lo cual podía volver a su propia mano para sacar el resto de los triunfos y cobrar el rey de espadas.
George hubiera perdido el contrato, por supuesto, si hubiera tratado de jugar las dos primeras espadas altas. Oeste hubiera podido fallar el rey de espadas y volver un triunfo. Sur tendría entonces dos espadas que perder y sólo un triunfo en el muerto…