Leyendo las Cartas de J. Becker

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Jay Becker
Jay Becker

Gadsden Times – 14 Oct 1964

Hay todo tipo de pistas que un declarante competente utiliza para averiguar la composición de las manos invisibles. Una vez que el declarante sabe las cartas en poder de cada oponente, por lo general, para él es un juego de niños obtener el mejor resultado posible en esa mano.

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He aquí una muestra de una buena lectura de las cartas por un declarante. Sur llega a cinco corazones que le doblan con la subasta que se muestra y Oeste sale el rey de trebol, seguido por el as. El declarante falla en el muerto, juega el diez de corazones, y hace la finesse, perdiendo ante el rey. Oeste vuelve un corazón que Sur gana con el valet. El declarante juega ahora el as y otra espada y hace la finesse al diez!

Cuando la finesse tiene éxito, Sur descarta todos sus diamantes en las espadas y así hace cinco corazones doblados. Sin la inusual finesse de espadas se iba una abajo.

Ahora, ¿cómo es que Sur es lo suficientemente inteligente como para hacer la finesse al diez de espadas?

¿Es un golpe de suerte? o hay una base sólida para la finesse?

La respuesta es que Sur sabe que la finesse tendrá éxito. Él tiene una base sólida para llegar a esta conclusión, a juzgar por la subasta y el juego desarrollado por los opositores. Se puede deducir que Oeste comenzó con cuatro espadas, que a su vez indica que debe hacerse la finesse. Vamos a ver qué es lo que Sur sabe sobre la mano de Oeste en el momento en que decide hacer la finesse.

El único conocimiento real que tiene sobre la longitud de Oeste en cualquier palo es que Oeste comenzó con dos corazones. Sin embargo, es sin duda razonable asumir que Oeste habría vuelto un diamante en lugar de un corazón, si hubiera tenido uno, y el hecho de no hacer esto claramente indica que él está fallo a diamante.

Como Este apoyo los tréboles en un momento de la subasta, lo que muestra un apoyo de al menos tres cartas, se deduce que once cartas de Oeste, con exclusión de los dos corazones deben consistir precisamente de siete tréboles y cuatro espadas. Ninguna otra distribución es posible.