Los Trotamundos del Bridge: Tucson

02:06 13 Octubre 2013 por GS Jade Barrett, USA CSBNews correspondent

 

«He estado alrededor lo suficiente como para saber lo que se necesita para conseguir que un equipo alcance todo su potencial, y quiero jugadores que quieran alcanzar todo su potencial»  Super Bowl Champion Head Coach Bill Parcells

 

La parte más difícil de mi trabajo como director general de Tournament Bridge Services es evaluar el verdadero potencial de los atletas que solicitan un puesto de trabajo dentro de la empresa. Hay miles de jugadores expertos por todo el mundo, pero la capacidad técnica es sólo una pequeña parte de lo que busco. Todo el mundo que compite en el mundo del bridge es inteligente, pero lo que más me preocupa es la sabiduría.

 

El sabio reconoce que es un proyecto inacabado, descontento con su habilidad o nivel de experiencia a pesar de todo el éxito que haya logrado. Enuentren a alguien que cree que es grande y habran descubierto otro jugador cuyo conjunto de habilidades se esta preparando para el descenso. Se necesita una gran cantidad de trabajo duro para alcanzar y mantener la excelencia – me molesta cuando un buen prospecto indica que está preparado para hacer ganar al equipo. No hay lugar para este tipo de arrogancia en ningun equipo, sobre todo en la mesa de bridge – el que gana es el equipo, no el individuo.

 

Si bien es cierto que un solo jugador puede dominar un partido – incluso hasta creando las condiciones para la victoria – es la química del equipo la que establece el entorno para el éxito a largo plazo. Hemos tenido varios atletas de habilidad excepcional que desaparecieron debido a su incapacidad para controlar su propio ego. No los necesitamos para que lleven adelante el equipo – los necesitamos para formar parte de la familia. Cada individuo tiene que estar contento por ser parte de la razón por la que ganamos, en lugar de ser la única razón por la que perdemos.

 

Así que buscamos a aquellos que no están satisfechos con su nivel de formación, que tienen hambre de competencia y están dispuestos a trabajar tan duro como sea posible para mejorar. Todo el mundo finge tener estos principios, pero sólo pocos y muy especiales en realidad los siguen. El otro requisito es que disfruten de la buena mesa.

 

“No se puede solo vencer un equipo, debes dejarle una impresion duradera en sus mentes para que no tengan ganas de volverte a ver” – Mia Hamm, World Cup USA Football (Soccer) Champion

 

 He tenido debates en innumerables ocasiones, en cuanto a la evaluación de un equipo sobre otro. Muchos ex entrenadores y capitanes solo se fijan en la capacidad técnica, pero yo he llegado a la conclusión de que muchos científicos excepcionales del juego son solo competidores adecuados. Se ven muy bien, juegan muy bien, pero fallan cuando eligen la jugada «correcta» sobre la jugada ganadora.

 

Los grandes competidores les crean problemas a sus oponentes a través de subterfugios y la agresión – aunque de vez en cuando eligen la pasividad con el fin de mezclar las cosas. Lo curioso de este animal en particular es, que a menudo funciona mejor contra pares superiores, de lo que lo hacen en contra de sus compañeros del mismo nivel. Creo que esto se debe en gran parte a su absoluta falta de temor a la burla – simplemente no les importa lo que sus opositores piensan de ellos. Steve Weinstein se refirió a este admirable rasgo en una discusión sobre oponentes difíciles (yo encuentro que Steve es uno de los mayores desafíos sobre la tierra Tierra, para enfrentarse en una mesa de bridge), acerca de cómo la falta de miedo hacia el jugador adversario aumenta la probabilidad de que se tome una acción que un jugador de primera linea no tomaría. Si bien esto puede hacer mas aleatorios los resultados, crea una buena cantidad de caos en el juego, y cuanto más inestable es la subasta, existe más oportunidades para el error.

 

 

 

Uno debe ser muy cuidadoso cuando no sabe adonde esta yendo, porque se podria no llegar ahi» – Baseball Hall of Fame catcher Yogi Berra

 

Muchas personas me han expresado su envidia por los viajes que hago durante mi vida como jugador de bridge profesional, otros reconocen que la cantidad de tiempo invertido en la carretera puede ser un problema. El Domingo, 06 de octubre 2013, tuve uno de los viajes más largo que he tenido durante mis veinte y cinco años como atleta del bridge de tiempo completo.

 

Dejé Monroe, Louisiana a las 11:30 US Central Time, maneje 127 millas (204 km) hacia el Este a Jackson, Mississippi, donde aborde el vuelo de las 15:55 de Delta Airlines a Atlanta, Georgia que me llevo otras 341 millas (548 km) (y a otra zona del tiempo) al Este.

  Aterrizamos en Atlanta en la mitad de la Tormenta Tropical Karen (estoy seguro que esta tormente no fue nombrada en honor a mi esposa, pero nunca se puede estar seguro respecto a estas cosas), increible el viento y los relampagos – todo un gran show.

 

 Dado que como siempre viajaba con Anna el Perro, necesitamos utilizar la escala de noventa minutos para correr al parque para perros, donde termine empapado en la lluvia.. A Anna parecio no preocuparla para nada, pero claro ella es una Black Russian Terrier. Volvimos pasando la seguridad, lo que nos llevo otro rato, y al fin pudimos tomar el tren para llegar al area de embarque de nuestro siguiente vuelo (Atlanta es un aeropuerto enorme) y abordamos nuestro vuelo de 1,946 millas (3,132 km) a Los Angeles.

 

LLegamos a LA a las 22:15 Pacific Time, tome un shuttle para recoger el auto alquilado (se deben incluir 47 minutos de cola) y continuamos nuestro viaje manejando 125 millas (201 km) hacia el Sur a San Diego.

 

 Despues de una parada muy corta para cambiar de valijas y dormir una siestita de 3 horas, di clases en el Esplanade Bridge Center en Solana Beach, California antes de volver a subir a Anna al auto y encaminarnos a Tuscon, AZ.

 

 Otras 509 millas (819 km) mas tarde, llegue a las 20:19 Pacific Time con 11 minutos de tiempo para descansar, antes de jugar la segunda mitad del Foothills Knock Out (nuestro equipo del TOUR perdio la final jugando contra un excelente equipo liderado por Billy Miller).

 

Dicho todo esto, el viaje cubrio 3,048 millas (4,904 km) y llevo 33 horas, incluyendo la clase y mi siesta.

 

Solo otro dia en la oficina.