22 Julio 2015 21:33 Southampton Bermuda por GS Jade Barrett Corresponsal CsbNews.org en USA
«Si me necesitas, llámame por teléfono…» – Roman Smolski al autor en 1997
Durante mis décadas de permanencia en la comunidad del Bridge he hecho muchos amigos, pero muy pocos tan cercanos como Roman Smolski. Cada mes de enero por más de 30 años he estado presente en mi torneo favorito, el Bermuda Regional, pero 1997 fue un año particularmente especial. Mi equipo estaba jugando bastante bien, con apenas un match perdido cuando por la suerte del juego nos tuvimos que enfrentar contra el equipo Petty. Yo había conocido a Vera Petty antes, pero esta vez tenía una nueva pareja cuyo nombre ya había visto y de quien ya había leído – Roman Smolski.
Era evidente que Vera había mejorado dramáticamente, su confianza era muy fuerte; y estaba en camino a un mayor nivel de sofisticación de su juego. Enfrente estaba sentado un hombre delgado con una larga cola de caballo blanca y una barba que le hacia juego.
Un competidor de cabo a rabo, con una habilidad en el carteo de una calidad casi surrealista, Roman reveló una extraña habilidad para navegar cada circunstancia crítica. En esta ocasión Vera y Roman no estuvieron bien acompañados por sus compañeros de equipo, ya que nuestro equipo logró quedarse con la victoria a pesar de la actuación loable que ellos habían desarrollado en nuestra mesa. Durante el té de la tarde, tuve la oportunidad de charlar con los dos, iniciando así lo que se convirtió en una de las relaciones más importantes de mi vida.
Durante los años siguientes, la pareja de Roman y Vera floreció, tanto en el bridge y como en lo personal, y culminó con su matrimonio durante el NABC del 2001 en Las Vegas. Tuve el honor de desempeñar el papel de padrino y durante muchos años Karen y yo fuimos sus compañeros de equipo con regularidad.
Fue una triste llamada la que recibí en St Louis mientras asistía a un torneo, enterandome que Vera había sido repentinamente separada de la vida de Roman y yo he decidido participar en la celebración de la vida de Vera.
Vera era una competidora feroz, no acostumbrada a la derrota. Su pareja con Roman llego al éxito con una victoria en el Campeonato del Caribe y otras tantas victorias en Campeonatos de Europa. Su mayor momento de gloria fue el título de Parejas Mixtas británico siendo primera en las Parejas de Portland. Ella ganó el trofeo Norman Bach (otorgado al jugador de Bermudas más exitoso en el torneo anual de la nación de origen) unas sorprendentes doce veces seguidas – un registro que es poco probable que se vaya a romper. El bridge de las Bermudas no será lo mismo sin ella.
Además de adorar a su esposo, ella deja un legado de éxito y le sobreviven sus hermanos Michael y Beryl; sus hijos, Amanda y David; y sus nietos Lucy, Finbar y Mirabella ademas de una multitud de amigos que lloran su pérdida.