St. Petersburg Times – 20 Jun 1937
Hace algunos años uno de nuestros principales jugadores doblo un grand slam en defensa, hizo la primera baza, y todavía tenia en su mano el as de triunfo. Sin embargo, el declarante hizo su contrato! En esos días la pena por el renuncio era de dos bazas, pero se aplicaba a las bazas hechas antes o después del renuncio. En algún momento del juego nuestro experto renuncio, con lo cual, el declarante obtuvo dos bazas e hizo su contrato.
Abajo uno entre los muchos casos en los que un jugador tiene la suerte de beneficiarse por su propio incumplimiento de las normas. El juego era en un duplicado, y en cada mesa Sur tenia:
Axx
AKJ10xx
AKx
y se convirtió en el declarante de 4. El muerto tenia una mano blanca sin un solo corazon. Sin embargo, en todas las mesas menos en una, el contrato se cumplió, ya que Este tenia la dama segunda y Oeste cuatro corazones chicos. La mesa en la que no se cumplió fue porque Sur intentó poner algo por sobre las reglas, aunque no de acuerdo con el espíritu del juego.
Después de fallar la salida a trebol, el declarante muy rápido jugo el A, y de inmediato jugo el K. Como había esperado, Oeste pensó que el rey de diamantes era el rey de corazones, y jugó un corazón chico. Este, sin embargo, se dio cuenta de que se había jugado un diamante y le preguntó: «No tienes corazon, compañero?»
Oeste contesto, «Renuncié.» Como el renuncio no se había establecido, el declarante tuvo el privilegio de forzar a que el pequeño corazon quedara como una carta expuesta.
El declarante continuo con el J: esperando que Oeste tuviera originalmente la dama tercera y se viera obligado a jugar el corazon expuesto. Como estaban las cosas, Este pudo hacer su dama segunda y derroto la mano. Oeste aprovecho de su error, pero hay que decir que en este caso particular nos alegramos mucho de ver que el declarante que había tratado de poner un trampa, quedo atrapado en ella.
En muchos casos, cuando la gente está jugando de manera relajada, el declarante jugará ya sea de su propia mano o del muerto antes de tiempo. En teoría, no se puede obtener ninguna ventaja de esto, ya que cuando se juega fuera de turno desde cualquier parte, sea cual sea el oponente puede jugar su carta primero. Recientemente, sin embargo, vimos a un hombre ganar una baza de una manera muy inocente al hacer esto. Sur era el declarante en un contrato de diamantes, y Oeste tenia la mano después de haberse jugado unas cuantas cartas.
El muerto tenia un trebol singleton y un montón de triunfos. Oeste, con K Q, salió jugando la dama, ya que él quería que su compañero tomara con el as y le diera un fallo en otro palo. El declarante, que no tenía tréboles grandes en ninguna de las manos, a toda prisa, jugó un singleton del muerto y simultáneamente un trebol de su propia mano; con lo cual Este no vio ninguna razón para sobre tomar la dama de su compañero y jugo chico, perdiendo así la oportunidad de que su pareja hiciera su pequeño triunfo. Por supuesto, si el declarante no hubiera jugado fuera de turno, Este habría tenido miedo de que el declarante tuviera el Rey, y habría puesto el As obteniendo la salida.
Nos ha tocado conocer a un jugador en particular cuya mente es apta para pasear muy lejos del juego. Recordamos que una vez era el muerto, se levantó y salió de la habitación. La mano finalizo pronto y como este jugador no regresaba, los jugadores fueron a buscarlo. No lo pudieron encontrar, y al día siguiente cuando le preguntaron dijo que se había olvidado que estaba en una partida de bridge y simplemente había salido y se había ido a casa.
El mismo jugador, una vez completada una mano, recogió sus cartas, las ordenó cuidadosamente y después de una madura deliberación, colocó el dos de espadas boca arriba sobre la mesa. Alguien dijo, «¿Qué es eso?» Nuestro amigo respondió: «Yo tengo la salida» Finalmente se supo que como tenía una mano muy pobre y estaba convencido de que los adversarios iban a jugar game probablemente en NT, habia llegado a la conclusión que esa era la mejor salida.
Este jugador en particular es también muy afortunado. Por ejemplo, en un juego reciente sus adversarios llegaron a un contrato de cinco diamantes. Su compañero salió con el rey de corazones. El muerto tendió tres corazones a la dama, y nuestro héroe, con el dos y el cuatro de corazon en su mano, jugó con prontitud el dos.
A pesar de esta carta desalentadora, su pareja continuó con el as, y siguió con otro corazón, ya que no tenia nada mejor que hacer. Entonces, nuestro amigo despistado triunfó con un diamante chico derrotando el contrato. Ahora vino una larga pausa, durante la cual él no hizo ningún esfuerzo para seguir jugando. Finalmente su compañero dijo: «Es tu turno, ya sabes.» Él se sobresaltó. Finalmente, después de mucha conversación se aclaro que estaba convencido que el contrato de cinco diamantes era de 3NT. Había tenido la suerte de descartar un triunfo.