Source: Ron Klinger
El Bridge y la Luna de Miel no deben mezclarse. Uno u otro compañero no estará dando la concentración total a una actividad o la otra.
Un adicto al bridge se fue de luna de miel con su esposa no jugadora al Campeonato del Mundo, donde pasó mucho tiempo viendo bridge. Su nueva compañera en la vida lo acompañaba para demostrar interés en su hobby.
Sin embargo, él siguia mirando bridge y ella seguia mirando la hora…y el seguia mirando bridge…y ella la hora hasta que finalmente la mujer sintio que ya había tenido suficiente.
Salió de la zona de juego, se sentó en el vestíbulo del hotel y se echó a llorar. Un jugador internacional se dio cuenta de su angustia y siendo un alma bondadosa, la consoló con una copa en el bar del hotel.
«Me quedé parada alli hasta que llego a la mesa la tablilla 46, pero a esa altura no aguante mas y salí corriendo «, dijo.
‘Eso fue un error,’ dijo el experto. ‘UD deberia haberse quedado. La tablilla 46 fue, por lejos, la mejor mano de la sesión.’