Bridge y Humor: Adictos al Bridge (Parte II)

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Toledo Blade – 11 Dic 1960

Adictos al Bridge (Parte I)

Tenemos el jugador que combina mal bridge con malos modales, y su homólogo aún más agravante, el jugador que combina un buen bridge con malos modales. Cada uno es insoportable, y deben ser tratados de frente y con prontitud. Una introducción bastante completa a los diferentes malos modales ha sido compilada por LB Gracy:

«Antes de hacer una voz dudosa o antes de pasar, dude. Con una buena mano, haga una declaración ágil. Gima y pase muy rápidamente cuando tenga una mano sin valor. Haga sus doblos penales en un tono de voz firme. Haga sus doblos informativos débiles dubitativamente. Mire con nostalgia al palo del muerto que desea que su compañero juegue. Mire con desdén a su pareja cuando su salida no le convino. Cuando juega una carta ‘cuyo palo desea que su compañero le devuelva», golpe que con tanta fuerza la mesa que su compañero no pueda dejar de verla . Critique libremente la subasta y el juego de su compañero. Nunca admita sus propios errores. Elogie el buen juego de sus opositores para la buena suerte. Explique en detalle después de cada mano lo hábilmente que la jugó. »

Ahora vamos a displayarnos en una variante de la trampa que es peculiar del bridge y que se llama coffeehousing y que recibe su nombre de los viejos pubs y cafés ingleses viejos, donde los juegos perpetuos de whist solían nunca acabar. En una Inglaterra donde el robar una hogaza de pan era un crimen capital, quien sería capaz de hacer trampa? En su lugar, los jugadores participaban en leves indiscreciones indemostrables que llegaron conocerse como coffeehouses, levantar las cejas o golpear un ocho en la mesa para solicitar su vuelta.

Hay mujeres que parecen particularmente inclinadas a usar coffeehouses. Una vez una mujer utilizando la técnica del coffeehousing quiso señalarle a su pareja que continuara con el palo de salida. Su tenencia en el palo era K-Q-2. Si ella jugaba el dos en la salida del as, podía interpretarse como una solicitud para cambiar de palo. Por otro lado, no podía soportar la idea de separarse de uno de sus honores altos sólo con fines de señalización.

Así que empezó negando con la cabeza tristemente, al mismo tiempo que separaba de su mano la dama. Ella puso la dama nuevamente en su lugar, aún negando con la cabeza, y separó el rey. Ella puso el rey nuevamente en su lugar y tomó el dos, negó con la cabeza demostrando toda su miseria y abofeteó al dos contra la mesa con un golpe contundente. Su pareja-para no hablar de sus adversarios y kibitzers y el conductor de un subterráneo que pasaba por allí captaron el mensaje.