Reading Eagle – 20 Ago 1984 by Jay Becker
Las intervenciones de los opositores a veces dibujan una hoja de ruta que el declarante sería poco probable que encuentre, si los adversarios hubieran permanecido en silencio. Por ejemplo, tome esta mano que jugó el varias veces campeón del mundo, Bob Hamman en un campeonato nacional de Estados Unidos.
La apertura de 1 de Hamman era artificial y forcing. Prometía al menos 17 PH y podía tener cualquier distribución. Los 4NT de Oeste anunciaron una bicolor fuerte en los menores. El doblo de Norte indicó al menos valores moderados, y los 5 de Sur cerraron la subasta.
Sin una salida a trebol, Hamman no hubiera tenido problema en hacer 11 bazas. Pero Oeste salio con el K y dejo a Sur sin posibilidades de llegar al K. Como resultado, el declarante ahora se enfrentaba a la posibilidad de perder tres diamantes. Sin embargo, Hamman utilizo cuidadosamente sus conocimientos de la mano de Oeste para cumplir el contrato.
Después de ganar la salida con el A, el declarante jugó un diamante a su 9, perdiendo contra el 10. Como era de esperar, Oeste cambió a un triunfo. Después de ganar el 8 con el 9, Hamman ahora hizo su segunda jugada clave en el palo de diamante volvió el rey!
Oeste tomó el rey con el as, pero, como Hamman esperaba, ya no tenía otro triunfo para jugar. El declarante fallo la vuelta de la Q, falló su último diamante en el muerto, y de esa manera terminó haciendo el contrato. Al jugar los diamantes como lo hizo Hamman impidió que Este – el jugador que probablemente tenia el resto de los triunfos – pudiera tomar la mano.
Si Hamman hubiera puesto el rey de diamantes en la baza dos, o jugado el el ocho de diamantes en lugar del rey en la baza de cuatro, Este hubiera ganado la segunda salida a diamante con el valet y vuelto triunfo para derrotar el contrato por una baza.