Fuente: Reading Eagle – May 20, 2008
Muchos contratos fallan porque las carta de los adversarios se dividen de tal manera que el contrato es imposible de cumplir. El contrato puede ser excelente mirando sólo las 26 cartas en poder del muerto y del declarante, pero si todas las finesses cruciales se pierden o si los palos clave estan mal distribuidos, puede sobrevenir un resultado decepcionante.
Todo lo que un declarante puede hacer en estos casos es la de aceptar el veredicto filosóficamente y pasar a la siguiente tablilla. La verdadera prueba viene cuando él puede sobreponerse contra una mala distribucion y no lo hace. En ese caso, sólo puede culparse a sí mismo, ya que podría haber controlado el resultado. Es en estos casos que el temple del declarante se pone a prueba.
He aquí un ejemplo. Seis sin triunfos fue un excelente slam de alcanzar y, de hecho, incluso una aventura conservadora. La expectativa normal sería la de anotar las 13 bazas, si los diamantes o los treboles estan normalmente distribuidos. Hasta declarar el grand slam, por lo tanto, no podría ser criticado.
Pero cuando Sur ganó el corazón de la salida con el rey y cobró el AK de trebol, Este mostro que tenia cinco treboles y cuando después jugó el as de diamantes Oeste mostró las cinco cartas de ese palo. En última instancia, Sur se fue dos abajo.
Sin embargo, a pesar de su mala suerte el declarante fue claramente culpable de no tomar las precauciones adecuadas para proteger su pequeño slam seguro.
Con tantos puntos en juego debería haber estado dispuesto a sacrificar 30 puntos para asegurar cumplir 6NT. En la baza dos debería haber jugado un diamante chico de su mano hacia el diez del muerto!
Este juego súper cauteloso habría garantizado cinco bazas de diamantes independientemente de cómo el palo estuviera dividido. Si Oeste tenía todos los diamantes, él solo anotaría como máximo una baza, y si Este los tenía a todos, él también estaría limitada a una sola baza.
Doce bazas = cinco diamantes, tres treboles y el A-K de ambos mayores-estaban por lo tanto allí desde el principio siempre que Sur se valiera de una simple jugada de seguridad.
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