Source: esra-magazine.com
George Coffin, graduado en Harvard en 1928 y ganador en 1931 del The Bridge World international problem solving contest, fue co-fundador de la American Bridge Teachers’ Association (ABTA).
Autor de mas de 200 libros que incluían bridge, poker, cribbage y otros juegos de cartas, fue particularmente conocido por su técnica excepcional en puestas en mano en el bridge (eliminaciones, aprietos y coups) por lo que recibió el apodo «Endplays» Coffin, después de sus libros clásicos sobre el tema.
Mi libro favorito escrito por él es su «Bridge Play de A a Z», publicado por primera vez en 1954, en el que clasifica el juego del declarante en archivos alfabéticos. En artículos anteriores he cubierto las manos que caen, por ejemplo, bajo la A (Avoidance play) (mantener la mano peligrosa fuera de juego) y E para la Eliminación (despojando ambas manos de los palos laterales como un preliminar para forzar a un oponente a dar una finesse libre o un fallo y descarte) .
En Coffin’s “Files=Archivos”, dos – C por Contar e I por Inferencia -no se ocupan directamente de las técnicas de juego, sino más bien de los factores subordinados que nos ayudan a decidir qué jugadas hacer.
A diferencia del ajedrez, donde ambos jugadores ven las 32 piezas y los 64 cuadrados en el tablero, los jugadores de bridge sólo ven sus propias 13 cartas y, durante el juego, las del muerto. Una imagen de las manos invisibles debe construirse usando inferencias de lo que se ha hecho o jugado, o, a menudo, de lo que no ha sido subastado o jugado.
Un ejemplo clásico es el siguiente. (No muestro las cartas de los defensores a propósito.)
Con Este-Oeste vulnerable y Este dador, la subasta fue como sigue:
Oeste salio y gano la primera baza con el K. El continuó con el J, que Este ganó con el A para jugar la Q. El declarante falló y Oeste puso un corazon chico. El declarante ahora jugó un trebol, perdiendo contra el As de Este, y ganó la vuelta de triunfo. El declarante sacó triunfos, viendo caer el J de Este en la tercera ronda. La Q y el J del declarante ganaron las próximas dos bazas, los dos oponentes siguieron el palo. Ahora viene el problema: ¿cómo jugar los diamantes?
Hasta ahora, si ha estado contando, Este ha mostrado 11 puntos y sus restantes 4 cartas son 2 corazones (de sus 5 originales) y 2 diamantes o un diamante y un trebol. Dónde está el K? Lo más probable es que con Este por su apertura vulnerable, pero no 100% seguro: bien pudo haber optado por abrir con
J x x, A Q 10 x x, x, A x x x.
No, la inferencia más fuerte viene del fracaso de Oeste de apoyar la apertura de su partner a 2 después del paso de Sur. Ha mostrado K J x, asi que seguramente de tener también el K, él hubiera apoyado la apertura de su pareja. El K esta en Este y la única esperanza es que esté singleton.
El declarante jugó el A viendo caer el rey de Este singleton. Este continuó luchando la batalla pero mantuvo sus cartas más cerca del pecho.
Otra mano de una reciente sesión de enseñanza avanzada:
Después que Oeste dio las cartas y abrió de 1, Norte-Sur llegaron al game de espadas, con Sur como declarante.
Oeste salió con el A continuo con el K, y después cambio al J. El declarante ganó y saco el ultimo triunfo. Sólo podía permitirse perder una baza más. Mientras ella estaba pensando, jugó dos rondas más de trebol, anulando el palo de ambas manos. (E para la eliminación!) Oeste jugó el 8 y 9. Ubicando el K en Oeste por la apertura, ella correctamente determinó que no tenia sentido la finesse de corazon, así que jugó el A y siguió con la Q, sin preocuparse quien tuviera el K porque quien ganara la baza tendria que jugar diamantes – lo que le permitía atrapar la Q dondequiera que estuviera – o darle un fallo y descarte si salian jugando corazon o trebol.
La defensa de Oeste estaba a raya. Ella le dio al declarante un fallo y descarte jugando otra ronda de corazones. Ella sabía por haber contado que el declarante tenía 4 diamantes, y exactamente la misma distribución que el muerto, por lo que el ‘fallo y descarte’ no lo ayudaría. Sólo podía descartar un diamante y aún tendría que adivinar la posición del diamante.
Ahora, por la jugada original de Oeste del J, presumiblemente de J10, el declarante debería haber inferido que Oeste todavía tenía el último trebol, el 10. Este con cinco corazones y cuatro tréboles, y dos espadas, Oeste por lo tanto tenía como máximo dos diamantes. En lugar de jugar los corazones cuando lo hizo, el declarante debería haber jugado el K del muerto y luego el J. Si no lo cubrían, podría haber aflojado. Si Oeste ganaba con la Q doubleton, ¿importaría? ¡No! Oeste sólo tendría corazones y un trebol, y se habría enfrentado con una elección de Hobson: un regreso de corazon jugaría hacia el A Q de Sur, y un trebol le permitiría un fallo en cualquier mano y un descarte de un corazon perdedor de la otra.
Esta entrada también está disponible en: Inglés