InicioAvanzadoPapa el Griego vs. El Hideous Hog By Victor Mollo

Papa el Griego vs. El Hideous Hog By Victor Mollo

Sports Illustrated January 1969Sports Illustrated ENE. 06, 1969

Uno de los jugadores de bridge más destacados de Inglaterra y uno de los escritores más prolíficos en la materia, el autor introdujo por primera vez los personajes de este artículo en un libro delicioso, Bridge in the Menagerie. Sus homólogos se pueden ver en la mayoría de las mesas de juego … Por Victor Mollo

Por supuesto este articulo es calumnioso, razón por lo cual los dramáticos personajes se introducen por sus apodos. Ningún maestro de bridge me va a demandar si hablo de sus coups inteligentes y me olvido discretamente de sus errores lamentables. Pero como ya le advertí a Charles Goren cuando me invitó a contribuir con este artículo, no quiero escribir sobre las estrellas, sino sobre  los amigos cercanos con los que juego al bridge todos los días, y las verdades que se pueden decir de los amigos… no son calumias…NO?

Tomemos, por ejemplo, H. H., conocido cariñosamente en mi club como el horrible cerdo. UDs lo deben encontrar a menudo, por supuesto. Él juega para su propio placer. Él es educado con su partner-siempre que el partner sea el muerto. Y si parece tan dispuesto a jugar todas las manos es sólo porque él es un perfeccionista y le gusta ver el trabajo bien hecho. Todo esto es parte de su espíritu de equipo y en el mejor interés de sus compañeros, especialmente si las apuestas son altas.

Abajo una mano típica del cerdo. Ocurrió durante un rubber en el que H. H. se enfrentaba a su acérrimo rival, Papa el griego. Papa es tan sutil que puede jugar una carta falsa teniendo un singleton, el es tan intuitivo que, sabe lo que los adversarios van a hacer antes de que hayan terminado de ordenar sus cartas, Papa sería un gran jugador si sólo no fuera tan inteligente.

 K Q 6 5
 J 8 7 5
 A J 2
 A Q
 
   A 7 4
 6 4
 7 6 3
 K 10 7 6 4
Oeste Norte Este Sur
 Papa  Hog
 Pass  1  Pass  3
 Pass  4  Pass  5
Pass 5 Pass 5
Pass 6 All pass

Oeste salio con el 10 y, cuando se tendió el muerto, Papa miró con desdén al cerdo. La curva de sus labios parecía decir: «¿Así que ideaste una voz de 5, para detener una salida a trebol. Bueno, no te habría ayudado si hubiera sido mi salida».

Después de ganar la primera baza con el J en el muerto, el cerdo jugó el 5. Antes de que la carta dejara los dedos del cerdo, Papá se había formado un cuadro vivo de la mano del declarante. No podía tener un singleton, o un palo de cuatro cartas, por que en alguno de esos casos, no hubiera habido ninguna razón para tratar de detener una salida a trebol. Por lo tanto, él debía tener dos o tres tréboles. La jugada de la primera baza, a la que H. H. había seguido con el 5, indicaba que sus diamantes eran casi con toda seguridad  K-Q-5, y como sus puntos honores estaban estrictamente limitados, probablemente tenía al menos, cinco corazones, o tal vez seis.

¿Cuáles eran, entonces, las perspectivas de la defensa? Estaba claro para Papá que para vencer el slam él tenía que hacer su K así como también su A.

Colocando al declarante con cinco cartas negras, el griego jugó el 4 en la segunda baza. Cuando el cerdo puso el J y Oeste el 3, Papa se dió a sí mismo un abrazo amistoso. Como de costumbre, había hecho lo correcto. Si hubiera jugado el A, se hubieran afirmado dos espadas firmes en el muerto, permitiendo que el cerdo pudiera disponer de sus perdedoras de trebol- una o dos perdedoras.

En la baza tres el declarante cruzo al muerto con el J y continuó con el 6. Papa levantó la vista con recelo. ¿Por qué no había destriunfado H. H.? Y ¿por qué estaba tan obsesionado con las espadas? Sin duda, había algo raro, pero ¿qué era? Mientras tanto, se enfrentó  al mismo problema por segunda vez. Debia jugar el A o jugar bajo? Papá razonó que si las espadas del cerdo eran  J-10-x, el A no se iba a perder, aunque H. H. eventualmente fuera capaz de descartar su trebol perdedor en la cuarta espada de muerto. En el caso de un doubleton  J-10, también no había nada que hacer: Papa podía ganar su as de espadas, pero sólo a expensas del rey de trebol más tarde, por lo que se anulaban. Pero ¿y si el cerdo había comenzado con la J singleton o si sus espadas eran  J-x y el as descendía sin gloria? Jugar como lo había hecho, con  J-x en la mano, era precisamente el tipo de trampa en la que el horrible cerdo hacía sus delicias. Él podía ahora colocar sus dos tréboles perdedores en el K y Q del muerto y burlarse de Papa por el resto de la noche.

Habiendo pensado con cuidado, el griego jugó el 7 y HH ganó la baza con el 10. Papa se lo esperaba, pero de alguna manera no cuajaba, porque si no pretendía un engaño, el cerdo seguramente hubiera destriunfado en la forma habitual. Como Papa, yo no podía dejar de preguntarme por qué el cerdo estaba siendo tan tortuoso, y me acerqué a mirar su mano. A continuación se ve la mano completa.

 K Q 6 5
 J 8 7 5
 A J 2
 A Q
 
 9 8 3
 10 3 2
 10 9 8 4
 5 3 2
   A 7 4
 6 4
 7 6 3
 K 10 7 6 4
 J 10 2
 A K Q 9
 K Q 5
 J 9 8

A la vista, el slam era irrompible si Oeste tenia el K y no se podía cumplir si Este lo tenia. Todo giraba en torno a una simple finesse, que cualquier principiante podía hacer, y que más podía hacer un experto?

Despues de cobrar la segunda baza de espada con un aire satisfecho, el cerdo sacó los triunfos, jugó los dos diamantes restantes y salió con su tercera espada. Como una flecha se volvió hacia Papá y le preguntó amablemente: «¿Podria jugar hacia mi  A Q, Temístocles… Usted sabe cómo odio hacer finesses.»

«Un cambio de palo en salto y encima un falso cue-bid…!» farfulló indignado Papa. Y algunas personas piensan que es el segundo mejor jugador en el club.» Cuando terminó de reírse, el cerdo se aclaró la garganta y, levantando un grasoso dedo índice de color rosa, explicó en la forma habitual lo inteligente que era.

«Usted no parece apreciar mi subasta», dijo, guiñando a sabiendas a los kibitzers «, pero le aseguro que a veces es un error subastar demasiado correctamente. Le da mucha información a los oponentes, y el compañero no va a entender de todos modos -a menos que, por supuesto, uno tenga la suerte de estar jugando con un Goren o un Garozzo o, er, conmigo «, añadió modestamente. Ahora miremos el último contrato. Porque … »

«Porque ,» interrumpió el Griego acaloradamente «, usted jugó tan mal como usted subastó. Arriesgó dos vueltas de espadas antes de destriunfar! ¿No se hubiera visto como un tonto si el palo hubiera estado 4-2? En la segunda ronda, yo hubiera podido tomar con el A y darle un fallo a mi pareja, y todo el tiempo el rey de trebol podría haber estado bien ubicado. ¿Cómo podía prever yo tan mala jugada? »

«No podia», acordó el cerdo, riéndose, «pero ese era el caso. Yo podía permitirme el lujo de jugar mal, como usted parece pensar, porque podía confiar en que usted iba a jugar bien. Si alguno de ustedes hubiera tenido un numero par de espadas, dos o cuatro, se lo habrían señalado solemnemente el uno al otro y a mí en el camino. Pero ustedes jugaron el 4 y el tres, respectivamente, y yo tenía el dos. En cuanto a no destriunfar, no podía permitirme el lujo de dejarle ver que tenía sólo cuatro cartas de triunfo. Yo tenía que mantener en vilo mi distribución. Si usted la hubiera adivinado correctamente habría evitado la puesta en mano final, y yo siempre tenia la finesse de trebol como posibilidad. Pero es un mejor carteo, si no se cae en finesses salgan bien o no. Por cierto, «preguntó el cerdo en su voz sedosa,» simplemente como una cuestión de curiosidad, donde estaba el K?»

En mi club hay dos caballeros conocidos como el Conejo Triste y Timothy el Tucán, que son mejores amigos. En secreto, cada uno sospecha que el otro es el peor jugador en el mundo, y ambos, por supuesto, tienen razón. Cuando Goren me pidió que se los presentara, me aseguró que solo hay uno o dos jugadores en Estados Unidos que son peores. Pero incluso si fuera verdad, me niego a creer que cualquier malhechor en los Estados tenga un ángel de la guarda tan activo, tan sin escrúpulos o tan consistente y exitoso como el que tiene el conejo, porque de alguna manera ninguno de sus pecados queda sin recompensa. La mano que sigue es un ejemplo reciente.

 A J 4 3 2

 A 8 7 6
 K 9 8 5
 9 6
 J 9 7 6 5
 Q 5 3
 7 6 4
 K Q 10 8 7
 3 2
 J 10 9
 Q J 10
   5
 
A K Q 10 8 4
 
K 4 2
 
A 3 2
Oeste Norte Este Sur
 Rabbit  Papa  Hog  Timothy The Toucan
 Pass  1  Pass  3
 Pass  3  Pass  4
Pass Pass Double pass
Pass Redouble All pass

Salida: 9

La subasta exige, tal vez, unas palabras de explicación. El cerdo dobló, no porque esperaba derrotar el contrato sino porque esperaba que Papa se escapara a sus espadas. Todos saben que Timoteo el Tucán-que debe su apodo a una larga nariz roja, brillante y su hábito de rebotar en su silla-rara vez deja de perder dos o tres bazas durante el juego, mientras que Papa confía en su técnica superior para obtener dos o tres bazas que no están allí. Una operación de rescate era, por lo tanto, claramente indicada.

El redoblo de Papá no era menos psicológico que el doblo del cerdo. Él razonó que si el Tucán había tenido la audacia de insistir con el corazón, después de escuchar que su experto compañero re-declaraba espadas, él debía tener un palo largo sólido y un as o dos de sobra.

El Conejo salió con el 9, y, después de mirar mucho el muerto, el Tucán comenzó a rebotar con entusiasmo ante la perspectiva de una sobre-baza. Los honores altos en los palos laterales, el as de espada, el as-rey de diamante y el as-rey de trebol -generarían cinco bazas, y dado que, por el doblo, el cerdo estaba marcado con largo y fuerza en triunfos, Timothy haría todos sus propios triunfos fallando espadas del Muerto en la mano cerrada.

Después de ganar la primera baza con el as de espada del muerto, el Tucán fallo una espada baja con el 4, adelantó el A, cruzó al muerto con el K y jugó otra espada, con la intención de fallar en su mano. Ya había jugado el 8 cuando se produjo una desviación desafortunada. El conejo, un abstemio de toda la vida de la bebida no alcohólica, estaba probando un vaso de agua con hielo. Él estaba entrenando para clasificar para la fuga de cerebros de los EE.UU., y alguien le había dicho que en América el agua era la bebida nacional. Así que estaba practicando. Haciendo una mueca por el sabor desacostumbrado, el conejo se apresuró a poner el vaso sobre la mesa y, al hacerlo, dejó caer las cartas sobre la mesa. Todas, excepto tres, el  J-9-7, aparecieron cara hacia arriba.

«Cartas expuestas,» gritó Papá. «¿Conoce sus derechos, compañero, conforme a las leyes?»

«Levántelas», gritó el Tucán caballerosamente. «No las vi.»

«Usted tiene un deber con su pareja», insistió el griego gravemente.

«Ni sueño con sacar provecho de la magnanimidad de Timothy,» replicó el Conejo con altivez. «Mis cartas están expuestas y …»

«Levántelas, le digo,» repitió el Tucán. «En cualquier caso, no voy a obligarlo a jugarlas.»

«Entonces,» respondió el conejo, «Voy a seleccionarlas yo mismo para su mejor ventaja.»

«Dos pueden jugar ese juego», respondió T. T., y, reemplazando el 8, falló el 3 ostentosamente con el as. En el mismo movimiento el conejo sub-falló desafiante con el 6. El Tucán jugó su rey de diamantes. Sonriendo, el conejo jugó su Q. Timoteo cruzó al A del muerto y jugo otra espada, fallando descaradamente con el rey. Una vez más el conejo sub-fallo. Aquí está el final de cinco cartas con el 5 y el 7, como cartas expuestas.

 J

 8 7
 9 8

 J 9 7
 5
 7
 K
 3 2
 J
 Q
 
 
Q 10 8 
 

 3

El Tucan salió con el 4, y, con la dama ya jugada, la baza la hizo el jack. El Hog volvió un triunfo, el 8 del declarante perdió contra el 9. Ahora vino el 7, la ultima de las cartas expuestas, que nuevamente le dio la mano al Hog, permitiendole cruzar el  Q 10 del declarante en la baza 12.

«Nunca los he visto a ninguno de ustedes dos jugar tan bien», dijo un kibitzer, con admiración, a Timoteo y al conejo.

«Es cierto,» acordó el cerdo, «pero eso es sólo porque, al ser tan nobles, ambos estaban tratando de jugar mal.» Y procedió a explicar que sin los dos sub-fallos las últimas cinco cartas del conejo hubieran sido todas triunfos. Él habría tenido que fallar el tercer diamante del declarante y luego regresar un triunfo hacia la Q-10-8. El Tucán hubiera salido de su mano jugando su último trebol y de nuevo el conejo se habría visto obligado a fallar y jugar un triunfo hacia la Q-10. En lugar de irse uno abajo, el Tucán habría hecho una sobre-baza.

 8 7 5
 Q 6
 Q J 10 9 8
 J 3 2
 9 6
 K J 9 7 6 4 3
 6 5 4 3 2
Q J 10 4 2
 10 8 2
 7
 Q 10 5 4
   A K 3
 
A 5
 
A 
 
A K 9 8 7 6
Oeste Norte Este Sur
Hog  Timothy The Toucan Rabbitt Papa
2
Pass  2  Pass 3
Pass 3 Pass 3NT
All pass

Salida: 9

El ángel de la guarda había estado en acción una vez más en la mano que se muestra arriba.

Anticipándose a que había poco peligro de que su partner jugara esta mano, Papá subastó normalmente. Para el cerdo, una salida de su corazón largo y quebrado le pareció poco atractiva, y, de hecho, le hubiera permitido al declarante hacer 11 bazas después de la jugada de seguridad de rutina de un trebol al 9. Al ver que no había ningún futuro en cualquiera de los diamantes, HH eligió salir del 9.

Papá ganó con el as de espada, cobró el as trebol, observó con una ceja levantada el 2 del cerdo y continuó con el as de diamantes y el K. Cuando, en el K, el Conejo Triste arrojó el 2, el griego cerró los ojos, para ver mejor las manos de Este-Oeste. El K se le hizo visible. Como el horrible cerdo estaba marcado con no menos de cinco corazones, su única razón para no salir a ese palo debía haber sido una renuencia a jugar desde el K. Con pesar Papa renunció a la idea de afirmar sus tréboles, ya que antes de que pudiera disfrutar de ese palo el conejo ganaría tres espadas y dos tréboles. Sin embargo, ¿cómo podía cumplirse el contrato sin afirmar los tréboles?

La solución le apareció a Papa en un flash. En la baza cinco, cobró el K y, salió jugando el 3, poniendo al Rabbit en la mano. Con una sonrisa de confianza él separó el as de corazones, listo para lanzarlo en la cuarta espada del R. R..

En el postmortem, justo antes de que el rigor mortis apareciera, el griego daria la clave de su espectacular línea de juego. «Al ser prácticamente seguro que el cerdo tenía la K», nos dijo, «no me importaba si el conejo tenía cuatro o cinco espadas. No podía tener más de tres bazas de todos modos. Cuando saliera jugando un corazón el cerdo se vería obligado a darme una entrada a los diamantes del muerto. Todo lo que tenía que hacer era deshacerme de mi as corazón antes que se jugara un corazón».

Tal era el plan del Papa, y seguramente hubiera tenido éxito, salvo por un movimiento imprevisible del conejo. En lugar de cobrar sus dos espadas altas, él cambió a un corazón. Papa ya no podía hacer nada. Él jugó bajo, pero, como había adivinado antes, H. H. tenía el rey. La vuelta de un corazón al as de papá, todavía estaba allí para que se burlaran de él, lo encerró firmemente en la mano cerrada. Sólo una puesta en mano en trebol le permitió escapar con solo una abajo.

Haciendo caso omiso de las burlas de euforia del cerdo, papá se volvió hacia el conejo. «Yo sé que no fue a propósito, pero ¿por qué lo hiciste? Seguramente debes haber sentido algo por poder hacer esas dos espléndidas espadas mientras tenías la oportunidad. ¿Qué te hizo cambiar a corazon de repente?»

«Tal vez no soy tan desconocedor como usted piensa,» replicó R. R. con un dignidad tranquila. «UD quería que yo jugara espadas para poder rectificar la cuenta, como se dice, y asi apretar a mi pareja ….»

«Apretar que?» lloró Papa, exasperado. «¿Cuántos palos ¿cree usted que hay? Los diamantes no, ya que los del muerto son todos altos, y usted ha visto al Hog descartar en ambos palos negros y eso deja sólo los corazones. Así que a menos que usted haya descubierto un quinto palo, que es toda esta tontería de un aprieto? »

El conejo inclinó la cabeza con vergüenza. «Lo siento, Papá,» dijo dócilmente. «Yo ciertamente debo repasar todo este tema del aprieto, ya que parece que todavía no lo entiendo muy bien. En algún momento, es posible que quiera saber todo sobre ese tema.»

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