St. Petersburg Times – Sep 25, 1970
«Lo vi con mis propios ojos.» me dijo Jan Wohlin, mientras saboreábamos una bebida en Estocolmo hace unos meses. «Tengo que decir que me sorprendió.»
Le di mi mejor mirada profesional (sólo un poco más viva que la de una caballa muerta), y fue claro que yo realmente esperaba que metiera la pata ya que son muy pocos los expertos modernos que realmente pueden jugar bien las cartas«
El declarante gano la primera baza con el 
A, continuo Wohlin, y Sur siguio jugando el 
A y K.
“Y despues?»
«Despues hubo una larga pausa, él me miró por el rabillo de un ojo«… continuo Wolhin. «Tengo un corazón muy amable«, él dijo. Ignorando mi bufido. «Así que me levanté y me fui (se fue de la mesa «.
Desde ya que Sur se fue una abajo. Trato de correr los diamantes pero Este fallo la tecera vuelta del palo y jugo la 
Q antes que Sur consiguiera hacer un solo descarte. La defensa hizo tres bazas de espadas y eso fue todo.
Dos jugadas perdidas
Sur, un reconocido experto europeo, se perdio dos jugadas para poder hacer su contrato. Para empezar, él debería haber jugado la Q del muerto en la primera baza. Esta jugada aparentemente tonta obligaria al K de Este que Sur ganaría con el as. Si Este obtiene la mano prematuramente, podría volver un trebol creyendo que Sur tiene aun un trebol perdedor.
Pero la jugada siguiente era mucho más importante aun. Sur debería haber jugado un diamante hacia la 
Q del muerto con el fin de jugar el primer triunfo desde el muerto. Este se vería obligado a jugar bajo y Sur pondría en el 9 para que Oeste gane la baza.
Independientemente de lo que Oeste vuelva, Sur gana la baza y destriunfa con el as y rey. Luego el declarante puede correr de forma segura los diamantes para deshacerse de una espada. A salvo de todo daño.
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