Fuente: Master Play in Bridge by Terence Reese
Una indicación que un declarante puede tener que se enfrenta a oponentes de primera clase es que sus intentos de forzar la salida de sus cartas altas se reunirá con el fracaso. La mayoría de los defensores reconocen la ventaja de esperar con un as cuando se sientan detrás del muerto con K-Q, o de aflojar su rey cuando están detrás de Muerto con A-Q-J. La mayoría de los buenos jugadores van más lejos, aflojando el as en la posición de Oeste, cuando el declarante sale jugando desde x-x-x en el muerto y pone el rey; si esta jugada se hace temprano en un contrato a NT es, por supuesto, es muy poco probable que el rey no tenga compañía. El objeto de este articulo es persuadir a los jugadores que vale la pena ser aún más audaz en situaciones similares. A los principiantes se les enseña que las cartas altas deben ser utilizadas para matar altas cartas, pero hay muchas excepciones a este principio. Tome esta situación simple y común:
Sur sale del 2 y pone el rey del muerto. No es necesario, en el juego práctico, para Este poner en el as. Si Este juega chico, Sur va a aflojar en la siguiente jugada desde el muerto y los defensores todavía harán dos bazas. Por supuesto, puede haber razones tácticas por las que Este deba ganar la primera jugada en el palo; en ausencia de tales razones, será mejor jugada para la defensa aflojar y engañar al declarante con respecto a la posición del as. Por extraño que parezca, este tipo de jugada es igualmente eficaz cuando el defensor tiene A-J-x.
Después de 1 -1 Sur dice 2 NT y Norte 3 NT. Oeste sale con el J. Sur pasa la primera baza, gana la segunda, y juega el 3 a la Q del muerto. Está claro que si Este gana con el A, será el final de la defensa, porque después que Oeste descarte en la tercera ronda de trebol, Sur afirmará las espadas y los diamantes sin dejar que Este tome la mano.
Este puede aflojar su as en la primera ronda de diamantes, casi sin temor a perder una baza. Si Este juega el 2 y sigue con el valet, Sur jugará bajo de la mano, jugando a que Oeste tenga A-x y Este el J-10-x. Si los diamantes de Sur están encabezados por X-10, los defensores no van a hacer más de una baza en cualquier caso. Como están las cartas, Este ganará la segunda baza y despejará los tréboles; la única oportunidad de Sur será jugar otra ronda de diamantes y terminará dos abajo.
Hay una combinación en la que retener el as representa la única posibilidad de hacer dos bazas.
Si la salida del 2 de Sur es cubierta por el 10, dama, a, la única posibilidad de Sur para cuatro bazas será jugar por la caída en la siguiente ronda; pero si Este retiene su as, Sur probablemente afloje y perdera el valet en el camino de vuelta. Retener un rey en la posición ciega, cuando se está sentado sobre el declarante, es más peligroso que retener un as cuando el declarante ha jugado el rey. Sin embargo, cuando al declarante de NT hace la finesse a la dama de un palo en el que no puede tener gran largo, por lo general es seguro asumir que él tiene A-Q-J.
Cuando el declarante sale chico de la mesa y pone la dama, la jugada experta es la de aflojar. Si Sur tiene A-Q-J-x, particularmente, el aflojar arruina su timing y lo obliga a usar entradas. Aflojar una dama, es aun mas difícil, aunque esto también puede ser más eficaz en el juego de match-point.
Cuando Sur, jugando sin triunfo, sale jugando chico y hace la finesse con el 10, en general, puede ser una buena jugada de Este aflojar. Sur asumirá entonces que él tiene cuatro bazas en el palo y puede hacer una segunda finesse, cuando el muerto no tiene entrada o cuando es peligroso permitir que Este tome la mano. Otra ocasión para una jugada valerosa es cuando la dama esta doubleton en uno de los palos largos del enemigo.
Sur esta en 3NT y Oeste salió con el 3. Sur gana la primera baza con el A y juega un trebol al jack del muerto. Si los tréboles del muerto hubieran estado encabezados por la dama y Este hubiera tenido el as o el rey, el afloje hubiera sido casi automático. La dama en esta posición es igual, en efecto, al as o el rey. Debe ser aflojada para que el declarante pueda quedarse sin entradas al muerto. Sur seguramente va a volver a hacer la finesse y no va a poder a volver a entrar al muerto para correr los tréboles.
Preservando una Entrada Vital
Un defensor que tiene un palo largo y pocas cartas de entrada debe armarse desde el principios para no quedarse sin entradas. En la siguiente mano Sur abrió de 1NT y le apoyaron a 3NT. Oeste salió con el 3 y el muerto jugó bajo. Este no era el momento de hacer la finesse contra la mesa, por lo que Este puso su rey y devolvió el 9 y Sur sobre-tomó su dama en el muerto.
El juego natural era atacar las entradas de la mano peligrosa, por lo que el primer movimiento del declarante fue la finesse con la Q. Oeste había estado esperando esta jugada y jugó chico. Sur ahora cambió a trebol; Este gano con el A y continuo con espada, despejando el palo. Sur podría haber hecho nueve bazas ahora al jugar tres rondas de corazon, pero él no sabía quién ganaría la tercera ronda y una repetición de la finesse de diamante le pareció la mejor oportunidad. Cuando Oeste ganó con el K, fue capaz de sacar provecho de las dos ganadoras de espada.
Rehusándose a Ganar en un palo Critico
En general, es una buena jugada, en defensa, no ganar una finesse en la primera ronda cuando hay razón para suponer que el declarante repetirá la finesse. Un ejemplo sencillo se produce cuando se induce al declarante a repetir una finesse que no sale con preferencia a la que habría tenido éxito.
Jugando 4, Sur gana la salida de trebol en la mesa y hace la finesse con la Q. Si Oeste gana, Sur mas tarde probara la finesse de corazon ganando su contrato; pero si Oeste juega chico, Sur probablemente usara su entrada al muerto para repetir la finesse de espada y así ya no va a tener ninguna chance para hacer la finesse a la Q.
La siguiente mano es similar en lineas generales, pero muestra una forma diferente en la que se puede ganar aflojando.
Sur juega en 4 y Oeste sale con el J. Sur gana en la mesa y hace la finesse con la Q, que gana la baza. Como Este puede llegar a tener K 10 9, Sur no puede jugar el A de forma segura y su jugada natural es jugar diamante a la dama del muerto. Este gana con el as y juega un segundo trebol. Sur gana cruza a la Q y jugo una segunda finesse de espada. Ahora Oeste gana con el K, le da la mano con el A, y falla la vuelta de trebol. Un simple afloje en un palo lateral en la próxima mano generó una diferencia de tres bazas.
Sur llevo al game a Norte-Sur.
Oeste comenzó bien con la salida de la Q en vez del 5. Este tipo antiguo de salida es mucho más inteligente cuando es probable que el declarante este corto a ese palo. Sur fallo el segundo trebol, forzó la salida del A, y tuvo que volver a fallar cuando Este jugó un tercer trebol. Habiendo fallado dos veces, Sur ahora tenia el mismo numero de triunfos que Oeste. Después de destriunfar, cruzó al muerto con una espada e hizo la finesse con la Q. Cuando Oeste jugó chico, Sur cruzó al A y volvió a repetir la finesse de diamante; ahora Oeste ganó con el rey y le dio la mano a su partner con el J, que hizo el resto de las bazas. Es claro que si Oeste hubiera ganado la primera ronda de diamante, esa hubiera sido su última baza, ya que no habría tenido ninguna manera de llegar a la mano de su pareja. Es cierto que Sur hubiera hecho el game, continuando con el 10 de la mano, pero eso hubiera parecido tonto si Este era el que tenia el rey. Esta fue otra mano en la que un afloje le causó al declarante perder el control e irse abajo de una manera sensacional:
En un match en 1950 entre el equipo visitante de American y el club Lyndhurst, Sur jugaba 4 doblados después que Este-Oeste habían subastado 4.
Oeste salió con el A y Sur fallo la segunda rueda. Una finesse a la Q parce ser una jugada natural, pero como Sur no quedaría demasiado bien colocado, incluso si la finesse salia (a menos que los diamantes estuvieran 2-2), Sur eligió una finesse profunda con el 10. Este podía ver que las perspectivas, para su lado, eran pobres si abandonaba su control de diamante, por lo que jugó el 3. Animado por esto, Sur dio tres vueltas de triunfo e hizo la finesse a la Q. Ahora se cayó el techo: Este ganó con el rey y termino con 4 bazas, para derrotar el contrato. Si el declarante hubiera sospechado la posibilidad de un afloje de Este, Sur podría haber jugado de forma más segura haciendo la segunda finesse de diamante después de solo dos rondas de triunfo. En el peor de los casos, Este podría fallar una vez, que podía evitarse; Sur podía todavía cumplir su contrato doblado, perdiendo un corazón, un fallo, y un trebol. Esta es una mano más en la que el efecto letal del afloje no es obvio al mirar el diagrama:
Oeste salio con el 10, y después de dar una vuelta de triunfo, Sur cruzó al K para la finesse con la Q. Viendo la chance de persuadir a Sur de volver a hacer la finesse, Oeste aflojó. Ahora, el as y otra espada hubiera ganado el contrato, pero Sur, sin percibir ningún peligro, cruzó al A y volvió a hacer la finesse. Oeste ganó y jugó un tercer trebol, en el que Este descartó su última pala. Sur se quedó con una perdedora de espada y ya no tuvo manera de deshacerse de ella.
Aflojar con el A-x-x de Triunfo
Un defensor que tiene A-x-x-x en el palo de triunfo, sabe que a menudo debe aflojar su as hasta que pueda ejercer presión en contra de la mano larga a triunfo. La ventaja, en muchas ocasiones, de aflojar con A-x-x no es tan ampliamente conocida. Para empezar, temer que los triunfos pueden estar 4-2, cuando en realidad están 3-3, puede hacer que el declarante haga una jugada de seguridad innecesaria. A continuación se muestra un ejemplo sencillo de un contrato de un parcial:
Oeste abrió de 1 y despues de dos pasos Sur re-abrií con 1. Norte subió a 2 y todos pasaron.
Los defensores comenzaron con tres diamantes altos, y Este descarto un trebol. Oeste cambió al J; Sur ganó y jugó dos vueltas de triunfo, en las que Oeste se negó a desprenderse de su as. Ahora era un poco peligroso para Sur, jugando 2, jugar otra ronda de triunfos, porque si Oeste le quedaba A-x, junto con sus dos diamantes, él podía hacer tres bazas más. Así, el juego seguro para el declarante era abandonar el palo de triunfo y jugar tréboles, lo que permitió a Este hacer su triunfo chico. En este ejemplo, había en juego sólo una sobre-baza, pero jugando parejas la sobre-baza puede ser decisiva.
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