Norte-Sur vulnerable. Oeste dador.
Salida: J
El provocar un fallo-descarte ha sido estigmatizado como un crimen defensivo. Aunque eso es cierto para la mayoría de las veces, otras puede ser una poderosa arma defensiva. Puesto que la dama de corazon era de dudoso valor, pensamos que el salto de Sur a tres espadas fue un poco agresivo. Con una mano de seis perdedoras el game era improbable a menos que Norte pudiera actuar libremente sobre dos espadas.
Oeste salio con el J, chico del muerto y ganado por el as del declarante. La dama de corazon perdió contra el as y Este volvió un diamante bajo. El Declarante eligió jugar la dama, perdiendo ante el as. Oeste volvió el 10 y los defensores hicieron dos bazas en ese palo.
Una vuelta en uno de los palos rojos le hubiera costado a los defensores una baza (el declarante habría permitido que un diamante corra al diez), y Este no estaba seguro de la posición del palo de triunfo (si el declarante tenía el as y el rey de espadas, la dama sería una entrada al muerto).
Este encontró una manera de proteger los activos de los defensores jugando el trebol número 13. Si el declarante descartaba un diamante de la mano y fallaba en el muerto, Oeste podía hacer dos bazas de triunfo. Para evitar eso, el declarante falló con el siete.
Eso no resultó mejor, Oeste permitió que el declarante ganara esa baza, ganó con el rey de espadas cuando el declarante probó con un triunfo chico, para devolver una espada. Atrapado en la mano, el declarante finalmente tuvo que conceder un diamante para la baza de la multa.
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