St. Petersburg Times – 18 Oct 1951
Ambos vulnerable. Norte dador
Salida: 4
He observado una tendencia por parte de los jugadores menos experimentados a exagerar las características convencionales del bridge. Cada nuevo dispositivo de subasta se lleva con calor hacia sus corazones y se emplea en cada ocasión posible e imposible.
Sin embargo, las convenciones más útiles relativas al juego de las cartas son curiosamente olvidadas. Un gran número de jugadores han transitado una vida de bridge sin nunca haber conocido una de las más importantes convenciones del juego defensivo.
Se hace referencia a la selección apropiada de la carta a jugar cuando se devuelve el palo de salida del compañero. Si el compañero del salidor tenía originalmente dos o tres cartas del palo, devuelve la más alta de sus cartas restantes, pero si tiene cuatro o más, devuelve la carta que originalmente era su cuarta mejor.
Observe cómo Oeste fue capaz de usar la convención para leer la distribución del palo de espada, Oeste salió naturalmente del 4 y el rey de Este hizo la baza, con Sur jugando el 6. Este devolvió el 8, Sur cubrió con el 10 y Oeste tenia que tomar la decisión que dejaría cumplir o derrotaba el contrato.
Tenía los siguientes datos con los que trabajar: Sur tiene la dama de espadas, un hecho que se estableció de inmediato. Este jugó el rey en la baza uno. Este no tenía una posesión original de cuatro espadas, porque entonces hubiera devuelto su cuarta mejor. El 8 no podía ser su cuarta mejor ya que la única carta más alta, de paradero desconocido es el 10.
El 8, por lo tanto, es su espada alta restante. Este está marcado con otra espada, de lo contrario Sur tendría un palo de cinco cartas que seguramente hubiera mencionado en algún momento de la subasta. Esto marca al declarante con exactamente cuatro espadas y un stopper seguro. Ahora bien, si el declarante tiene el rey de diamante no hay esperanza de derrotar el contrato, por lo que la defensa para derrotar requiere que mentalmente se coloque esta carta en Este.
Como era indispensable que Este tuviera otra espada, Oeste le permitió al declarante ganar la baza. . . Estaba perfectamente claro para Sur lo que estaba pasando, pero estaba impotente para evitarlo. La mano no se podía ganar sin el palo de diamante, por lo que tuvo que probar la finesse, con resultados obvios.
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