Fuente: www.vba.asn.au
La próxima vez que su compañero cometa un error, reflexione sobre esta conversación de la inmortal serie: En la Menagerie de Victor Mollo.
El orador es el Hideous Hog (horrible cerdo), que se autoproclama el mejor jugador del universo occidental y asi como tambien del oriental:
«¿Qué se siente cuando se comete un error, HH?», le preguntó Colin the Corgi, el joven bromista de Oxford y Cambridge.
«¿Cómo voy a saberlo?», replicó el Hog indignado.
«Pero sin duda, HH,» persistió Corgi, «debe haber subastas y juegos de la carta en los que se debe haber arrepentido de sus decisiones»
«Ciertamente,» acordó el cerdo:
Pero eso de ninguna manera es la misma cosa. Los errores, ya sabes, se clasifican en muy diferentes categorías. Es posible que alguien se equivoque en la cuenta de los triunfos o no se de cuenta que el 5 es firme.
Eso es simplemente debido a la falta de concentración, tensión, fatiga, o por haber optado imprudentemente por la otra mitad de la botella de vino en la cena.
Yo diría que es un lapsus, en lugar de un error. En cambio el no poder detectar un squezze por adelantado, eso es un error, sin duda, pero en realidad no se aplica a los que tienen una limitación impuesta por la naturaleza, como por ejemplo: No cantar como Caruso…no hace que uno se sienta culpable.
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