Esta es una historia verdadera, que ocurrio hace años en una mesa de Rubber bridge.
Un jugador conocido por sus arranques temperamentales, se encontraba sentado en Sur después de que ambos oponentes y su compañero habían pasado.
Después de algunas consideraciones decidió no abrir, y los jugadores arrojaron sus manos sobre la mesa.
Nuestro amigo, sin embargo, no estaba satisfecho.
De forma apresurada tomo la mano de su compañero y la extendió sobre la mesa. Al verla, con un grito de rabia dijo:
«¿No podías abrir esta mano? Nos perdimos un game tendido»
Una vez que la calma se restablecio, los otros tres jugadores le señalaron que la mano que había recogido era la suya.
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