«Siga sonriendo. Haga que el mundo se pregunte que ha estado haciendo.» – Jim Baker
Durante el interesante juego de hoy, el declarante mantuvo una sonrisa pícara en su rostro. Desafortunadamente para Oeste, él no descubrió de que se trataba hasta que fue demasiado tarde.
N/S vulnerable Dador: Norte
La subasta:
Salida: 5
Oeste salio de su cuarta carta de espada y Este gano con su rey. Este volvió el 10 y el declarante jugó su dama. Había una sonrisa pícara en su rostro, pero jugó con un ligero aire de resignación.
Oeste se tragó la carnada, gano con su as y regresó otra espada para liberar el palo. El declarante ganó la baza, y la defensa se vio anulada.
Más tarde, cuando el declarante tuvo que perder la finesse de diamantes, Este ya no tenía más espadas y el declarante cumplió su contrato con una sobre-baza.
Este criticó a Oeste y le preguntó: «¿No pudiste ver a través de la jugada de ese aventurero? ¿Por qué no aflojaste la segunda espada para que pudiéramos posteriormente correr el palo?»
Oeste contesto, «Yo le creí porque pensé que no era ético que me engañara de esa manera. Creí que era un hombre de honor, y pensé que tenía la dama doubleton.»
Te equivocas en varios aspectos, le replicó Este.» En primer lugar, el declarante está en libertad de jugar la carta que quiera, y la ética en relación con su actitud engañosa es, al menos, un punto discutible. La verdad es que le diste poca importancia a mi vuelta del 10, que debería haberte hecho todo el asunto claro «.
Este tenia razón. Si hubiera tenido el jack de espadas con el 10 nunca hubiera vuelto el 10. El hubiera salido del valet y no del 10, el mas grande de dos honores consecutivos
Oeste aprendió algo en la mano de hoy — una lección en ética y la otra en la lectura del significado de las jugadas rutinarias de la defensa.
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