Sarasota Journal – 22 Mar 1963
Sería la mayor subestimación de todos los tiempos decir que uno ve algunas cosas divertidas suceder en el bridge. Por esta razón no voy a decirlo. Pero aquí les acerco una de ellas, una de esas cosas divertidas.
Oeste dador. Nadie vulnerable
Los 2NT de Sur es una voz que no nos gusta. En segundo lugar, tengan en cuenta, que Oeste tuvo la oportunidad de pasar la mano cuando los oponentes jugaban tres corazones: aún así Oeste empujó a los oponentes al game y no salvo con espadas, ni dobló. Cosas extrañas!
Reacio a afirmar un posible rey en la mano del declarante, Oeste no salio con el as de espadas. En cambio, eligió un pequeño corazón. Con la oportunidad que le habían dado de ganar todos los corazones sin pérdida, o al menos reservar el largo del palo de triunfo del muerto y que Este tuviera que adivinar, el declarante lo arruinó jugando la dama del muerto.
Este cubrió, afirmando el nueve de Oeste, y el declarante ganó la baza con su as. El declarante ahora abordó los diamantes, dejando correr su valet singleton a la dama de Este, que regresó la dama de trebol, el declarante puso su as y continuó con una segunda ronda de triunfos con su valet, cobró el rey de tréboles, y jugó un pequeño trebol para fallar en el muerto. Pero aquí Oeste, con la oportunidad de torpedear el contrato, sacándose de encima el rey de diamantes, regaló la mano fallando con su nueve de corazones…que era bueno.
Todo lo que el declarante tenía que hacer era jugar el 10 de espadas del muerto en esta baza, dejando todas cartas altas en el muerto, y cumpliendo cinco. En su lugar, el declarante arrojó uno de los diamantes del muerto. Oeste continuó con el A de espada y otra espada. Esta segunda espada fue fallada en el muerto y se jugó el as de diamantes, viendo caer el rey de Oeste. El declarante, al menos, tenía su contrato debido a que todos los diamantes del muerto eran firmes, pero se olvidó que el valet ya había sido jugado y que originalmente él era el que lo había tenido.
Así que salió del muerto con un pequeño diamante, fallo en su propia mano, cobró sus dos pequeños triunfos, y entregó una espada al final para una abajo.
La moraleja: no crea que usted es el único en el mundo que puede hacer cosas extrañas en la mesa de bridge.
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