Source: www.suncoastbridge.com.au
Victor Mollo nació en San Petersburgo, en una familia rusa rica. Tenía 8 años cuando estalló la Revolución. Él y su familia huyeron a Finlandia, usando papeles de la Cruz Roja falsificados. Finalmente terminaron en Londres.
Al igual que muchos antes y después, descuidó sus estudios y se dedicó al bridge. Fue empleado en el servicio europeo de la BBC, y comenzó a escribir libros y artículos sobre el juego del bridge. Al momento de su muerte había escrito 30 libros y cientos de artículos. Su estilo de vida era bastante extraordinario. Él jugaba rubber bridge en su club cada tarde, disfrutaba de una cena gourmet, regada con buen vino con su esposa (la ardilla en el Griffin Club y su correctora, ojos de águila), a continuación, trabajaba toda la noche hasta las 6 de la mañana, cuando recién se acostaba a tomar un breve descanso.
De vez en cuando competía en el bridge duplicado, ganando cuatro torneos nacionales, pero prefería el rubber bridge. Él es quizás mejor conocido por su serie Bridge in the Menagerie, y fue reconocido en sus días como el escritor de bridge más entretenido.
Card Play Technique – The Art of Being Lucky, de 1955, co-escrito con Nico Gardner, es considerado por muchos como el mejor libro jamás escrito sobre el juego del declarante. Inicia como sigue:
La Fortuna solamente le sonríe a los valientes. Ella pega positivamente en el más hábil, versado en la técnica de cortejarla. Tener suerte es un arte que se puede dominar como cualquier otro.
R.R (Rueful Rabbit): La experiencia de muchos años muestra que se salvan problemas sin fin aceptando los deseos de los compañeros. Uno maldice después, por supuesto, si sale mal, pero no con tanta vehemencia y no por tanto tiempo. BIM p105
H.H (Hideous Hog): La brillantez viene a mí de forma natural, y no puedo reclamar ningún crédito por ello. p113
R.R: Uno se acostumbra a los abusos. Estar esperándalos es lo que desgasta. p 90
El arte de perder: Hay demasiado estrés, en el arte de ganar y no lo suficiente en el arte de perder. Sin embargo, es sin duda el más importante de los dos, no sólo porque los perdedores le pagan a los ganadores, sino porque claramente disfrutan haciéndolo. Si fuera de otro modo, habrían dejado de jugar – o decidido comenzar a ganar – hace mucho tiempo. V.Mollo BIM, p11
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