Reading Eagle – 5 Feb 1931 by David Burnstine
Un caso divertido de una comedia de errores de bridge se produjo en un match que estaba observando. Uno de los jugadores era el coronel Frank Cook, un destacado experto y ex jefe de redacción de la revista Auction Bridge. La subasta de una de las manos fue: el coronel Cook, 1NT; el segundo jugador, paso; el compañero de Cook, 3NT (era game); el cuarto jugador, paso. El coronel hizo entonces, con mucha calma, la sorprendente oferta de 3NT.
La explicación es que Cook es un poco duro de oído y pensó que su compañero había hecho una oferta de solamente 2NT, con lo cual él se fue a tres, declarando el game. El tercer jugador, sin embargo, se opuso a esta propuesta, diciendo que era contra las reglas. «Pero el coronel no oye muy bien», dijo el compañero del objetor, pero el otro todavía insistía en que era una oferta inadecuada.
Cook…habló y dijo: «Tiene razón el juego del bridge no tiene las enfermedades físicas en cuenta». Luego aceptó la penalidad de hacer su oferta suficiente, como se le conoce técnicamente, lo que significó que su oferta se elevó a 4NT, uno más que lo que su compañero había declarado.
El declarante procedió a hacer ocho bazas, terminando en su propia mano. Los opositores habían hecho tres bazas. El muerto tenia solo dos cartas, el as y la dama de Diamantes. Cook ahora jugó un diamante de su mano, pero mientras lo hacía se olvidó de que estaba jugando 4NT, y pensando que sólo necesitaba una baza más para su contrato, se abstuvo de hacer la finesse con la dama y jugó el As.
El tercer jugador tenía el rey de diamantes, pero estaba tan seguro que Cook iba a hacer la finesse que sufrió la ilusión óptica y vio la dama sobre la mesa y triunfalmente lanzó su rey sobre el as, dando así al coronel su 10º baza.
El asombro de los dos hombres, cuando cada uno finalmente se dio cuenta de lo que había hecho, fue un espectáculo cómico. Los lapsos de la memoria y de la vista no son inusuales en el bridge. A menudo, los jugadores tienen de manera definitiva una imagen en su mente de lo que pretenden hacer, o lo que imaginan que el otro jugador va a hacer, y momentáneamente no reconocen que algo muy diferente se ha hecho.
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