Chicago tribune 18 de Febrero 1983 por Charles Goren y Omar Sharif
Todos sentimos admiración por el artista que en la mesa de bridge puede convencer a otro de los jugadores que las bazas que está mirando son un espejismo. Una galaxia de jugadas engañosas ha sido recogida por el autor escocés Hugh Kelsey en el libro, «The Tricky Game». Muchas manos y situaciones serán familiares para los lectores de esta columna, pero este libro les proporcionará horas de lectura agradable y podría ayudarlos a ser menos evidentes en su juego de las cartas.
En este ejemplo están involucradas dos de las grandes parejas de antaño. Sentados Norte-Sur estaban Eric Jannersten y Jan Wohlin de Suecia, mientras que en Este-Oeste estaban Boris Schapiro y Terence Reese de Inglaterra.
El contrato era normal, y Reese hizo su salida natural de la dama de corazon. El juego irreflexivo de un declarante en la baza dos es comenzar con los diamantes. Pero vean lo que pasaría. Este gana y continua con otro corazón, y el declarante ya solo sería capaz de hacer ocho bazas antes de que tuviera la oportunidad de empezar con los tréboles. Oeste haría el resto de las bazas cuando tomara la mano con el as de trébol.
Wohlin vio que solo iba a hacer ocho bazas si iba atrás de los diamantes; así que en la baza dos audazmente jugo el rey de tréboles!
Oeste no tenía idea de que era su pareja el que tenia la dama de trébol – pero temía que, al ganar esa baza con el as de trébol, iba a establecer el palo del muerto; así que aflojó. Con una baza de trébol en la bolsa, el declarante jugó rápidamente el rey de diamantes. Ahora podía hacer nueve bazas antes que los defensores pudieran correr sus corazones.
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