Ellensburg Daily Record – 10 Ene 1956
Cuando usted tiene algún tipo de finesse a hacer para cumplir su contrato, pospongala hasta el último momento posible. Mientras tanto, trate de obtener una cuenta precisa de las manos de los oponentes. En un número sorprendentemente grande de casos esta práctica lo guiará a la única línea de juego ganadora.
2 fuerte
En la mano de hoy el Sr. Champion salió con el valet de espada contra el slam de corazón. Miss Brash ganó con el as y dio tres rondas de triunfo, viendo que al Sr. Champion descartar el dos y cuatro de diamante en las dos últimas rondas.
Ahora, la manera perezosa y descuidada de jugar la mano a partir de este punto, sería jugar el seis de diamante al as del muerto con la intención de volver con un diamante y hacer la finesse. Si ésta finesse se pierde, los defensores ganan ademas una espada derrotando el contrato. Eso sería mala suerte.
Mal juego
En realidad, sería más que mala suerte. También sería un carteo muy malo. No había ninguna razón para hacer una finesse de diamante hacia el señor Champion tan pronto como en la baza seis. Miss Brash no estaba satisfecha de jugar de esa manera y la determinación de obtener una cuenta de la mano tan pronto como le fuera posible (en cada mano) explica por qué cumple muchos de sus contratos super-optimistas. No parecía haber ninguna jugada aparte de la finesse de diamante, pero no haría ningún daño la búsqueda de una.
Así que ella corrió tres rondas de trebol notando que el palo estaba 4-3. Ahora siguió con una espada y el Sr. Abel ganó la baza con la dama.
Mejor retorno
Con nada más que espadas y diamantes, el señor Abel hizo su mejor regreso, el rey de espadas. Miss Brash falló y cuando Mr. Champion no siguió el palo, descartando el 10 de trebol, la distribución opuesta era cristalina. El señor Abel había comenzado con seis espadas y había mostrado exactamente tres treboles y tres corazones, solo podía tener un diamante y si ese diamante era la dama o el 10, el contrato estaba asegurado.
Miss Brash por lo tanto sabía que su única esperanza era la jugada «antinatural» del rey de diamante primero. Cuando el 10 cayó a su derecha, siguió con el seis y tomó la finesse marcada del nueve del muerto.
Esta entrada también está disponible en: Inglés