Lewiston Evening Journal – 18 Dic 1943
El ingrediente principal en muchos defensas exitosas es simplemente coraje. No me refiero a la clase de «coraje» que un jugador muestra en la subasta cuando se pasa tres bazas más de lo que su mano vale-Esto no es coraje, sino precipitación, hablo del tipo de coraje que demostro en esta mano uno de los jugadores sentado en este en un reciente torneo de equipos de a cuatro.
La subasta fue la misma en ambos cuartos y la salida inicial, el J, también fue la misma. Pero el resultado final fue decididamente diferente.
En la segunda baza ambos declarantes jugaron un diamantes chico del muerto. En la Mesa 1, Este sin dudarlo jugo el 5 y el J del declarante saco de juego el A de Oeste.
Después de eso los defensores solo podian tener un interés académico en lo que siguio del juego. Sea cual sea la vuelta de Oeste, el declarante pudo sacar del juego el K a su antojo y hacer no menos de nueve bazas.
En la Mesa 2, el jugador en Este tuvo la imaginacion y el coraje de dar un golpe por su propia cuenta.
Cuando el declarante jugo un diamantes chico del muerto, este no trató de jugar a la avestruz con su rey de diamantes y lo puso enseguida. Se dio cuenta, por supuesto, que esto podía costarle a su lado una baza-si Oeste tenia el valet y no el as, pero Este también se dio cuenta de que la única esperanza de derrotar el contrato era ganar la mano y luego encontrar a Sur con algún honor de trebol.
Cuando el K gano la baza, Este volvio el J, y ahora el declarante ya no tuvo mas solucion para la mano. probo con la finesse de trebol claro, pero la perdio y la vuelta de trebol por Oeste hizo que el declarante ya no pudiera ganar otra baza a diamante. Aunque adivino la forma de jugar la finesse de corazon, se fue dos abajo.